M'opongo

Lo cierto es que les vale todo. Ellos dicen que ser oposición es oponerse, pero lo que hacen es dar palos de ciego:
Que si "moritos" o ETA; que si ácido bórico, o tetadine, o gomadós, o tracas de Valencia; que si lo del "Ostedijk" fue como lo del "Prestige", o que si lo fue lo de los incendios; que si la Ley de protección del litoral es para fastidiar a los ayuntamientos costeros del PP; que si lo de la persecución de la corrupción urbanística es una persecución al PP; que si la cruz con distintivo amarillo a Idoia es una cutrada y hay que dársela con distintivo rojo; que si la Xunta tiene que darle también la Medalla de Galicia (que es para gallegos ilustres, no para héroes o abnegados); que si nos quieren quitar los crucifijos de las escuelas, con lo de la asignatura de religión; que si hay un complot judicial porque no se quema en la hoguera a De Juana Chaos, o que si falla la política de prevención de la Xunta porque cuatro desalmados (o perturbados, o lo que sea) matan a sus mujeres, porque si estuvieran ellos en la Xunta se mataría menos (¡!). Y en su necrófila paranoia agitan cadáveres ante el Tribunal Supremo, en un desprecio inaudito por la justicia, con la ceremonia de la confusión entre justicia y venganza. Quienes murieron por la acción de ETA no se merecen una tan bastarda utilización política y partidista.
Revestidos por la capa de Luis Candelas, se creen en condiciones de ocultarse del mismo Dios que dicen seguir. Pero olvidan, conscientemente, que ese Dios, que dicen que se hizo hombre para redimirnos, les dijo claramente: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Claro que también olvidan que les dijo: "Dejad que los muertos entierren a los muertos", mientras se empeñan en desenterrar los cadáveres que un día despidieron con un "descanse en paz", para usarlos en su sucia guerra contra los indefensos que viven en una incesante angustia porque "vivimos en un mundo que se desmorona". Y algunos de ellos se auto proclaman "Legionarios de Cristo", en un lapsus que pone en evidencia su añoranza por la violencia y su olvido de que ese Cristo desautorizó y desarmó a su discípulo Pedro en el Monte de los Olivos. Muchos ya tuvieron su antecedente en aquellos "Guerrilleros de Cristo Rey". Y no quieren oír nada de Derecho, Humanidad, Piedad, o Perdón. Sólo les vale la sangre y la venganza. Se merecen que exista el Dios en el que dicen creer. A lo mejor Él sí se lo perdona, aunque ni eso es seguro.
Les vale todo en esa paranoia indescriptible. Están haciendo un juego peligroso, sobre todo para ellos, pero todo lo dan por bien empleado por ver si consiguen que nos acojonemos porque vivimos en un país catastrófico como el que pintan. Y ni siquiera esperan a que las cosas salgan mal para reprochárselo al gobierno, no. Y si no salen como habían agorado, ni pío. Valle Inclán, que era de Vilanova de Arousa, ya los había visto venir hace casi un siglo: esperpénticos.
Pues digo yo si no tendrán algo que ver ellos en ese panorama que pintan, porque en poco más de dos años, ni el "traidor rompepatrias" de Zapatero sería capaz de conseguirlo solo.
No se merecen un solo voto, ni en municipales, ni en autonómicas, ni en generales.
Y ahora viene Rajoy, que ha estado calentándole las orejas al sector más ultraderechista, meapilas y fundamentalista de su partido, a recomendar "un esfuerzo" para "ganar el voto del centro". Como no sea el del centro de la tierra...
En fin, que van como en el chiste: "La respuesta es no; ¿cuál era la pregunta?" M'opongo, oiga, m'opongo (así creo que se dice PP en swajili)