IX ÉPOCA

29.3.12

Alvariño y sus lindezas



El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), José Manuel Fernández Alvariño, no pierde el tiempo para luchar contra los sindicatos y dejar algunas “lindezas” dignas de mejor causa, que destilan el “odio de clase” de este tipo de llamados empresarios.
La primera lindeza es que haciendo huelga mandamos “una imagen como Grecia”; pues estamos encantados con el parecido con un país en el que los trabajadores luchan por sus derechos frente  a unas oligarquías familiares domésticas compinchadas con el capital alemán e internacional. Precisamente, de eso se trata, de luchar contra esta clase que nos ha hundido en la crisis, que la utilizan como pretexto para provocar un desempleo masivo y así imponer disminuciones brutales de salarios, que es lo que realmente quieren para una mayor acumulación de beneficios.
La segunda lindeza es la acusación a los sindicatos  de "guardar silencio durante cuatro años mientras veían caer el empleo". O sea que, a qué carta nos quedamos, le gusta el silencio o la voz, le gustan o no las huelgas generales; porque los trabajadores no se han callado tampoco con el gobierno Zapatero y le han hecho también una huelga general. Sea usted serio, Sr. Alvariño, y no hable por hablar.
La tercera lindeza, ejemplo evidente de su falta de seriedad y de mentiroso compulsivo, afirma sin sonrojarse que cuando vienen los empresarios de fuera le preguntan por la conflictividad de la provincia, añadiendo en la misma frase-lo que no tiene desperdicio- que miente “un poquito”:  “Porque si les digo la verdad no invierten ni un duro”. Lamentable que los trabajadores tengamos que soportar esto: imposible salir de la crisis con este tipo de personajes. Saldremos de la crisis con la lucha de los trabajadores, aunque llevará tiempo todavía, pero muy a pesar de este espécimen de empresarios que hablan sin empacho reconociendo que mienten.
La cuarta lindeza, “in crescendo”, se refiere a "la quema de contenedores durante la huelga del metal” y a que los sus colegas de la CEOE le preguntan con frecuencia ¿qué quemáis hoy en Vigo? Vigo, si este señor fuera un vigués que defiende su ciudad, debiera salir al paso de ese tipo lamentable de preguntas, porque él sabe -como lo sabemos todos- que los trabajadores vigueses, después del desmantelamiento de sectores enteros como el del Naval,  han tenido en todo momento un comportamiento ejemplar y siempre dispuestos a negociar y llegar a acuerdos. Las hemerotecas están ahí para demostrarlo. Y los empresarios debieran defender a Vigo para que vengan inversiones, porque aquí hay miles de trabajadores  con un “saber- hacer” de primera y una profesionalidad excelente adquirida a todo lo largo de la vida en los sector del naval, las conservas, la automoción,…”Aquí en Vigo, hasta el más tonto sabe hacer un reloj. Pero con estos embajadores de la ciudad, ¡no necesitamos enemigos!
Conclusión: La reforma laboral es inútil. Lo que no es inútil es una reforma empresarial, que envíe a su casa a este tipo de empresarios impresentables.

Pincho da Ponte (Corresponsal, a tiempo parcial, claro, de VIGOBLOG en la Madre de Todas las Huelgas)

28.3.12

29M

26.3.12

Á folga

“El capitalista (…) se ha ganado en el mundo una buena fama como hombre excéntricamente apasionado de lo que llama la libertad de trabajo. Es tan fervoroso partidario de dar a sus obreros, sin distinción de edad o sexo, la libertad de trabajar para él todas horas del día, que ha rechazado siempre con la mayor indignación toda ley fabril que pueda coartar la libertad. La sola idea de que un sencillo trabajador pueda ser tan infame como para proponerse un fin más alto que el de enriquecer a su patrono y Sr., a su superior natural, le produce escalofríos. No quiere solamente que sus obreros sigan siendo míseros siervos, sobrecargados de trabajo y mal pagados, sino que quiere además, como todo esclavista, que sus trabajadores sean siervos que se arrastren a sus pies, sumisos, moralmente avasallados, religiosamente humildes y de alma contrita. De ahí la furia verdaderamente demencial que en él provocan las huelgas. Una huelga es para él una verdadera blasfemia, una revuelta de esclavos, la señal del diluvio universal social en castigo de sus pecados”
Karl Marx(*)

Por que existen os piquetes?

(*) "Las matanzas Belgas. A los obreros de Europa y Estados Unidos", Londres, 1869. Eltexto se recoge en Carlos Marx, F. Engels en, La internacional. Documentos, artículos y cartas. Fondo de cultura económica, México, 1988, págs. 43 -44

25.3.12

Se mais mundo houvera

Sostengo yo que había una vez un italiano tan inteligente que se hizo portugués. Y se fue a vivir a Lisboa, la patria de su patrón San Antonio de Padua, convencido por el mismísimo Saramago, quien se vino a vivir a las Canarias por aquello de otro impulso afectivo, en su caso en forma de dama consorte.


Se ha ido sin alharacas Antonio Tabucchi y, al menos a mí, me ha dejado huérfano, como a Pereira.


Y sostengo también que Tabucchi hizo un gesto de equilibrio universal, al llevar a cabo el viaje inverso al de San Antonio, quien habiendo nacido en Lisboa se hizo famoso por morir en Padua. Tabucchi, también Antonio, nació en Italia y murió en Lisboa por voluntad propia.


Nosotros, que tanto debemos al semiólogo Pereira, incansable investigador de apariencias inescrutables, nos unimos al dolor de sus deudos y veremos de recuperarlo, ya que nunca morirá porque la vida que le dio Tabucchi es para siempre.


Descanse en paz este italiano que, por amor a una ciudad y a un país, se hizo portugués, fijó su residencia en la Lisboa que conocía mejor que el mismísimo marqués de Pombal, y allí será enterrado.


"E se mais mundo houvera, lá chegara".



16.3.12

Y nosotros, a por ellos, ¿no?

"Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo" (Art. 35-1 de la Constitución Española).


"Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad" (Art. 28-2 de la Constitución Española).


Pues qué bien. Como los poderes públicos parece que se han olvidado de trabajar para que tales derechos sean efectivos, los sindicatos se han marcado otra huelga general (y con ésta van 8) para frenar este pulso que le echan a los ciudadanos quienes pretenden robarnos lo conseguido con sangre, sudor y lágrimas.


Y digo que nos lo quieren robar porque lo conseguido es nuestro. Claro que ellos (ustedes ya saben a quienes me refiero) siempre pensaron que lo que ha logrado mejorar la ciudadanía era un préstamo y ahora insisten en que se lo devolvamos, como si ese progreso estuviese sujeto a la obtención de imperecederos beneficios económicos de quienes siguen creyendo que sólo ellos tienen derecho a progresar. Y eso no sólo aquí, sino en el mundo entero.


O sea, que huelga general para dentro de unos días (el 29), con todo el derecho del mundo, con todas las bendiciones legales, con todos los argumentos a favor, pero con los mecanismos para ejercer ese derecho obstaculizados por unas leyes (de inferior rango a la Constitución) cuyo no declarado objetivo es impedir la realización plena de ese derecho.


¿Por qué digo esto? Pues porque asuntos como el de los piquetes, el derecho al trabajo y la libertad y capacidad sindical para emplear la fuerza de los trabajadores contra la fuerza invasiva del capital, están regulados de tal forma que hacen legalmente ineficaz el ejercicio de aquellos derechos fundamentales.


Los piquetes, al igual que la Policía y la Guardia Civil, resultan ser los instrumentos coercitivos y adecuados para garantizar los derechos de los ciudadanos: Ya me dirán qué ley podría imponerse sin el concurso de la acción coactiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero la invención esa de "piquetes informativos" no es más que una martingala para pulverizar el ejercicio de un derecho reconocido explícitamente en la Constitución. Si un piquete se extralimita en sus atribuciones (como puede ocurrir con la Policía), hay leyes protectoras de los afectados, pero la labor informativa de los piquetes debe entenderse como la forma en que podrán comunicar e imponer, a quienes prefieren no colaborar pero disfrutarán de los presuntos beneficios de la acción, que "hoy no se trabaja". Los casos de violencia a la entrada de una fábrica suelen producirse porque las Fuerzas del Orden no son usadas para defender el derecho a la huelga, sino para asegurarse de que la huelga fracase.


Pero quienes "tienen la sartén por el mango, y el mango también" (como decían ¡en 1969! los "ejecutivos" de aquella adaptación de Enrique Llovet y Adolfo Marsillach de "El Tartufo" de Moliere), han logrado que la gente se crea su particular interpretación del mencionado Artículo 35, apartado 1 de la Constitución. No veo yo donde dice que sea un derecho fundamental acudir individualmente al tajo mientras los legítimos representantes de los trabajadores han convocado una huelga. La Constitución garantiza el derecho de "todos los españoles" a disponer de una ocupación remunerada, nada más ni nada menos. Del mismo modo que, individualmente, nadie tiene derecho a "declararse en huelga", tampoco lo tiene a reventar la legalmente convocada por sus representantes alegando que "ir a trabajar" es un derecho constitucional. Falso de toda falsedad.


Aunque la Constitución no lo dice expresamente, una empresa puede llevar a cabo un "lock out", o sea un "cierre patronal". Y ¿dónde se garantiza, en tal caso, el derecho individual de alguien a realizar la tarea para la que ha sido contratado? La empresa, alegando las causas objetivas y legales que sean, cierra las puertas y sanseacabó. Claro que ese no se considera un "piquete", aunque resulte el más coactivo y efectivo de ellos. ¿Ha visto alguien que la Policía proteja el "derecho" de cualquier trabajador a ir al tajo en pleno "cierre patronal"? Pues ya me dirán.


En fin, que la Constitución parece ser algo tan indefinido que, según quien la mencione, dice una cosa u otra. Pero lo que no dice en ningún sitio es que la interpretación de unos tenga que valer más que la de otros, pero quienes quisieran que ese derecho desapareciese resulta que son aquellos que "tienen la sartén por el mango, y el mango también".


Y qué decir de ese mandato constitucional que reza que "en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo". Claro que no faltará quien diga que ya hay leyes en ese sentido; pero yo me pregunto ¿dónde están los instrumentos coercitivos para hacer eficaces esas leyes? Porque, que yo sepa, la Policía garantiza ese falaz derecho a reventar una huelga, pero no he visto ninguna actuación de los que podría llamar "piquetes gubernamentales" para obligar a nadie a pagar lo mismo a ellos que a ellas aunque hagan el mismo trabajo.


Por último, no quiero dejar pasar la oportunidad sin una referencia al artículo "Palabras para tejerse", de la mejor periodista (incluyo periodistos) que conozco, Maruja Torres, publicado en el País Semanal (lo más interesante, o lo único, cada semana, de esta publicación) el 26 de febrero de 2012 y que no pude encontrar en la hemeroteca del diario: "Lo repito siempre, que la lucha de clases sigue en pie, pero desde hace años --desde que cayó el Muro--, la clase de más arriba lucha contra todas las demás". Y, añade: "No quiero que la ira desemboque en vandalismo, pero puedo comprenderla porque el vandalismo y la violencia de guante blanco que Gobiernos y banqueros ejercen sobre los ciudadanos resultan tan insultantes, tan devastadores, tan desproporcionados y sin respuesta por parte de ninguna entidad civilizada, que lo único que les queda a la gente es salir a la calle y protestar".


En fin, éstas no son más que algunas de las razones que considero justificativas de la convocatoria de un "paro general". Es algo así como si se me ocurriese que, contra el epígrafe del post anterior, "Van a por nosotros", ejerzamos el inalienable derecho a la defensa y digamos "...y nosotros, a por ellos", ¿no?


Y una apostilla por si hiciera falta. Es sobre el "sueño americano", pero encaja perfectamente en esta "pesadilla universal":

4.3.12

Van a por nosotros


Tiene 17 años de antigüedad, pero ¿a que no lo parece?