Psicoanálisis de apariencias o cómo vemos nosotros algunas caras
Lo tiene todo pensado. Sabe de la importancia de no dejar nada al azar. Y se le nota satisfecho. El escorzo contenido, el desaliño estrictamente medido, resultan magnífico soporte para una frente que se exhibe como alarde de formidable continente: amplia, cartesiana como un sistema de coordenadas, y sugiriendo protección para una mirada que, como el resto, expresa la seguridad de que todo ha sido previsto y nos lanza el mensaje de que todo está bajo control.
Analizando ese rostro se puede confirmar que todo está tan repasado como el corte de pelo. Hay en la imagen una verticalidad sólo interrumpida por una línea de los ojos totalmente horizontal, abriendo paso a unas mejillas esforzadas en no desmerecer del oblongo perfil exhibido. Hasta el somero encanecimiento de una barba que anuncia firmeza y seguridad revela cuidado: ni demasiado blanco ni demasiado negro.
Hay, en esta cara que desea infundir confianza, un no sé qué de inquietante, como si no pudiese asegurar el éxito de aquel deseo, lo que se confirma al observar el atuendo elegido. La camisa, discretamente azul, casi deja entrever los pliegues de un cercano desembalaje y hasta podría encontrarse, con algo más de atención, la sorpresa mínimamente punzante de alguno de los alfileres que la sostuvo. Pero se justifica en una corbata, al más puro estilo del convencionalismo conservador al uso y a medio camino entre dependiente de El Corte Inglés y campechano ejecutivo, sólo destinada a demostrar que dos azules pudieran ser más elegantes que un amarillo o un rojo. La chaqueta de solapa corta, como queriendo dejar claro que nada hay que ocultar, juega oscuramente a realzar el resto del atuendo. El gesto, la mirada, es la del que sabe que sabe. Y mejor será que lo advirtamos. Es como un siete que afirmase que el ocho le debe la existencia. Y lo usa, como el auriga usa la fusta haciéndola restallar sobre los sufridos corceles, para aviso de navegantes y personal en general.
Foto: foto oficial en la página del Concello de Vigo: xornal.vigo.org
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naval e non se marchará a Madrid
6 comentarios:
¿Como veis algunas caras o a algunos caras?
¿Os acordais?
Lois entró en el Ayuntamiento con una palestina al cuello y salió vestido de Armani.
Toba parecía un sonriente hippy recien llegado de Ibiza y ahora...
Vosotros mismos.
¿En que se convierten nuestros zurdos?
O perfil do Sr.Toba non pode estar mellor definido. E tanto que sabe o que quere¡¡¡
O Sr. Castrillo, aquel que dimitiu "xenerosamente" para propiciar unha solución para Vigo segue a dia de hoxe sen ter "destino" político. O Sr. Toba, corresponsable e man dereita do Sr. Castrillo segue no concello. ¿Alguén pode explicar por que dimitiron a un e ó outro non?
Loitador, ideólogo, comprometido, nacionalista da pista, ... o profesor Toba é un deses homes á quen se acabará por pedir unha rúa en Vigo, preferentemente ó lado da de Leri. Bonitos cabreos cando se lle leva a contraria, desprezo do sabio ós ignorantes das auténticas "necesidades" de Vigo, amor polo seu (que non ha de ser amor polo partido, polo país, pola patria, ...senón unicamente iso, amor polo seu). Sabe máis do que di, pero lle escacha que tamén sabe máis do que cala. Amigos e compañeiros son testemuñas diso.
Fealdad soberbia, seudobarba fofa,
encantado en la moqueta; se ríe o se mofa?
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