Un "pego" de 8 kilos

Estaba claro que lo harían, y lo hicieron. Estaba claro aquí que nadie iba a responsabilizarse del fraude. Pero no estaba tan claro que los responsables de la desfeita se iban a lucrar, además, del latrocinio.
Naturalmente con el silencio cómplice de los medios de "incomunicación" de aquí, el bueno de don José Luis nos ha dado el "pego" y se marchó de rositas con OCHO MILLONES de nuestros euros (casi 1.400 millones de aquellas pesetas que también se nos fueron, a cambio de hacernos perder hasta la paciencia).
Y, digo yo, ¿ya está?, ¿aquí no ha pasado nada? Porque, ¿qué sistema es éste que premia a quienes nos han dejado en cueros, con las vergüenzas al aire y sin responder ante nadie del desastre?
Esto me recuerda aquel saduceo envite consistente en jugar a cara o cruz, con la regla de oro de que "si sale cara, gano yo; si sale cruz, pierdes tú". ¿Qué tienen en otros países en los que algunos responsables del bonito juego financiero del "cara o cruz" han acabado en la cárcel o en fuga y con sus residencias apedreadas por la indignación de quienes ninguna responsabilidad han tenido en el fraude?
Conviene ya ir distinguiendo entre Justicia y Administración de Justicia. La primera es algo cuyo significado llevamos dentro de forma natural; la segunda es la forma en que un Estado habilita los instrumentos para que se haga lo justo. Desgraciadamente, y como cualquiera puede constatar, no siempre la Administración de Justicia hace tal. Todos los aparatos del Estado en este terreno se blindan con lo de "aplicar la ley", por mucho que la ley deba interpretarse en su contexto social y aplicarse conforme al sentir de la población, que es la única soberana.
Hemos visto ya demasiados conflictos entre lo que la gente piensa y lo que deciden sus representantes en el Poder Legislativo. Por lo general, la atención al bien común, al sentido común y a la comunidad suelen estar ausentes cuando, en última instancia, lo que paren los legisladores es un entramado en el que podamos perdernos todos menos quienes lo perpetraron. Es su forma de blindarse, alegando desde "razones de estado" hasta consideraciones que inlcuyen matices imposibles de percibir por quienes, según la Constitución, son los sujetos de la soberanía.
En fin, que por aquí mucha indignación, mucha frustración, pero en casa de Gayoso, de Méndez o de Pego nada dificulta el brindis con "Dom Perignon".
Me comentaba un amigo, hace pocos minutos, que nada de cárcel para estos desaprensivos: usar todo su dinero para que le compren al FROB una parte de los casi 2.500 millones de euros que ha metido en la cagada ésta de NOCAGA para colocarlos a nombre de su clientela. El resto de lo que nos deben (sí, nos lo deben porque ellos mismos fijaban sus ganancias y nuestras pérdidas) debería ser obtenido a base de colocarlos en las calles repartiendo pañuelos de papel a cambio de "la voluntad" y entregando la recaudación.
Pero ahora verán cómo los sesudos analistas político-financieros de los medios de "incomunicación" de aquí vuelven a lanzarse a la palestra sobre aquella milonga de la fusión, absorción y dirección, con cosas como que si Feijóo, que si Caballero, que si la Brunete mediática del norte o que si los enanitos verdes con armadura que moran debajo de las camas y son irreconciliables enemigos de los enanitos azules que pululan entre el mantillo de polvo de cualquier hogar.
Anda y ¡qué les den!, pero ya les diré yo qué han de darles.