"Tiempo al tiempo" ¿no era una advertencia —pronunciada no sin retintín— de nuestros mayores que nos dejaba incómodos y desasistidos de los propios argumentos?
Esta advertencia ¿seguirá vigente o tal vez es ya una muletilla fósil totalmente vacía conceptualmente al igual que aquella de "hoy ha salido el sol" sabiendo que es el planeta Tierra el que a la estrella Sol merodea? Parodiando a Bertolt Brecht, podríamos decir que estamos asistiendo a "la irresistible ascensión" del titular, de la etiqueta, del nombre... del simulacro en definitiva. Duchampiana situación (¡menuda la que montó este genial artista!).
Por otro lado ¿habrá vida fuera de lo mediático? El nombre de la cosa es lo único relevante; es lo que nos están diciendo muy a las claras. Y sobrevivimos en esa difusa conceptualidad. Si en estas estamos que cuelguen esas consignas a modo de banderolas tal como cuelgan de las farolas esos geranios gitanilla a los que también les han sustraído el territorio, y no vean ustedes qué gran ahorro en euros de curso legal. ¡Qué babilonias, señor!
"Una ocasión excepcional para mirar al pasado" nos dice el comisario es el leitmotiv de "Tiempo al tiempo"; el caso es saber si mirando mirando llegaremos a ver ahí algo. Revisitar el pasado es saludable ya que aún no sabemos cuántas sorpresas en el futuro nos puede éste deparar. Y esta muestra claro que contiene obras meritorias, algunas mucho, otras... de verdad que cuesta, por mucho que las miremos, verlas como tales. Quizá lo más acertado sea el título de la muestra; a su amparo cabe casi todo ya que el tiempo es precisamente el ámbito del poder aún hacer algo. Pero tampoco debe cundir el pánico, lo que ocurre en el MARCO es común a bastantes de los recientemente creados museos de arte contemporáneo a lo largo de nuestra geografía hispánica (no, en el resto de la europea, para empezar, los contenedores de obras artísticas si no tienen colección propia no les llaman, porque no lo son, museo, cuestión ésta muy importante y que ayuda a comprender lo que en estos espacios ocurre, se cuelga o se muestra); no asustarse entonces: estamos en onda. Pero... desearíamos tener la posibilidad de singularizarnos algo; un poquitín. Y más que de dinero, pienso, es cuestión de abrir y promover debates, bajar al terreno del propio ámbito sin desatender lo que en otros lugares se está generando, claro que sí; y no sentirnos geranios gitanilla subidos a las farolas.
Algunos retoques en la política del MARCO deberían hacerse, pues llegará un día en que sólo podamos ver el marco del MARCO, y si no "tiempo al tiempo", como aún repiten nuestros mayores cuando les visitamos, enmarcados ellos, en la residencia de la tercera ¿o cuarta? edad.
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3 comentarios:
El padre de un hombre muy importante en Vigo (para algunos), tiene una colección muy buena de arte con muchos Lugris, al que se los sacó dándole simplemente a cam bio un bocadillo de alcriques. Los alcaldes de Vigo, todos unos impresentables, copiaron de otras ciudades, Vigo afortunadamente no es ciudad -aqui habrá muchas discrepancias - y piensan que cultura es hacer mamotretos. No quiero abundar por ahora, espero criticas.
Aí vai a primeira crítica, señor anónimo. Eu cando era un rapás, coñecín a Lugris, e vostede quer darnos a entender que Lugrís era parvo pra cambiar un cadro por un bocado de alcriques.
Saúdos!
Non quero dar a entender nada, digo que si, por un bocadillo de alcriques, que é un decir, pero de todo-los xeitos, era o que se falaba entón, por moito que vostede coñocera a Lugrís, pois o pagamento nón era moito maís.
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