No habrá emblemático Auditorio

Crecidos como vamos con lo de las previsiones (PXOM, depuradora..., etc.) los expertos consultados nos han recomendado que no nos guardemos la impresión de que NO HABRÁ AUDITORIO. Claro que el asunto habrá que argumentarlo, y ahí está el busilis.

--Marcos, te tocó la paja más corta...

--¿La paja más qué?

En fín, paso de relatar lo que dio de sí eso de adjudicarme la paja más corta, porque ya vosotros mismos... Asumo disciplinadamente el marrón y me lanzo a la tarea de especular con lo que hay, barajarlo convenientemente y adivinar dónde está la sota de bastos en el mazo.

Lo primero que se me viene a la mente es el largo via crucis que el proyecto ha tenido que recorrer, parándose en cada una de las estaciones para encomendarse a lo que sea. El asunto comenzó con un pliego de condiciones que en su día el inefable Iznogood-Figueroa consideró que no se ajustaba al proyecto de Caixanova-Sacyr, porque aquel pedía un sótano más de aparcamiento, por lo que hubo de recurrir a la imaginanción contable de un técnico "mediopensionista" que certificase que lo mismo valen novecientos y pico de plazas que setecientas y algo. ¡Conseguido! Y la inversión era asumible: 85 millones de euros.

Luego aconteció lo de que el arquitecto Por tela dijo que aquello sería antes, pero que ahora esa tela no llegaba para nada y que había que meter más tela, hasta los 160 millones, que la vida sube que es una barbaridad.

El episodio siguiente es el del tandem Sacyr-Caixanova poniendo el grito en el cielo por tan fulgurante encarecimiento de lo que inicialmente se presentaba como "chollo".

Como el asunto tiene tantos valedores desde las diferentes plataformas políticas (aquí parecen estar a partir un piñón tanto PP como PSOE y BNG), hubo que llenar las correspondientes agendas con reuniones, negociaciones, trapicheos, etc., para ablandar las pretensiones de Por tela, que se resistía como una fiera a que le devaluasen los materiales, le recortasen el espacio o la constriñesen las meninges.

Árdua tarea que pareció tener éxito cuando la cosa logró rebajarse hasta los 120 millones que el arquitecto/padre de la criatura se esforzó por aceptar, a base de quíteme usted este ala del hotel, redúzcame ese otro espacio y cómpreme usted material más barato.

Luego vino lo de que ni con esas; que los socios de la tela seguían diciendo que 120 millones seguían siendo mucha tela y que, en esas condiciones, se abrían ¡y ya está!

Alarmado nuestro bienamado alcalde, Caballero como es, se puso el mono de trabajo y se fijó un plazo para resolver las diferencias. Pasó el plazo y, a pesar de que insistía en que eran simples retales, los socios de la tela seguían sin tragar, como sin tragar seguía Por tela.

Pero hoy, por fin, todo arreglado: el presupuesto será de 85 millones, como habíamos quedado. Y para que cuadren las cuentas, después de haberle eliminado un sótano de aparcamiento, le metemos un corte por arriba y, bajándole la altura al emblemático edificio, ya nos dan los 85 millones iniciales.

La primera pregunta que uno debe hacerse es ¿por qué dos entidades tan solventes como Caixanova en el ámbito financiero y Sacyr en el constructor se ponían tan estrechas con lo del aumento de los precios, que hasta hubo que movilizar a la Xunta amiga para que les diera una ayudita de 5 milloncejos? La respuesta está en que, mientras deshojaban la margarita, se les vino abajo el otro edificio: el del ladrillismo. Seguro que alguien dio la alarma advirtiendo que lo de ponerse a construir ahora, con la famosa burbuja pinchada, con la cotización a la baja de la actividad de tantos grandes centros comerciales y con la desaceleración del crecimiento económico que nos inunda, podría resultar catastrófico. Y andan buscando la forma de mandar todo a tomar "por retambufa", que ya no se parece al negocio que habían pensado.

Pero, como a veces nosotros también ofrecemos ideas además de criticar otras, se nos ha ocurrido que, mientras siguen bailando la "yenka" (¡izquierda, derecha, adelante, atrás, un, dos, tres..!) el magnífico espacio dejado por el edificio de Casa MAR, podría habilitarse para que los "payos pony" (como llaman los "calós" a los inmigrantes peruanos y colombianos, porque son unos payos más pequeños) jueguen al fútbol en un espacio más adecuado que el que vienen usando por cutres espacios de O Berbés (absténganse de comentarios relacionados con racismo o xenofobia, porque la referencia sólo pretende ser simpática, aparte de cierta).

O sea que los que tienen que poner la pasta lo que están haciendo es buscarse la manera de no pringar con una inversión a la que ya no ven un futuro claro.

Ojo al dato: que aún nos queda en la recámara lo del Nouvel y el "pirolo" celta para seguir "emblematizándonos" esto.

Pues va a ser que el litoral de Vigo está siendo emblematizado. ¿Quién lo desemblematizará? El desemblematizador que lo desemblematice, buen desemblematizador será.

¿Estamos?