¡Nos van a cortar la luz!

Digamos que ocupo un pequeño y coqueto apartamento en un edificio grande y algo antiguo con vistas al mar en el que la variedad de viviendas es significativa; la vecindad es también de muy diverso extracto social. Sí, podría decirse que vivo es un arca de Noé. Bien; esta variopinta comunidad de propietarios se ha embarcado en reformas —unas más necesarias que otras— un tanto disparatadas: que si lavar la fachada, un ascensor último modelo revestido de espejos, unos sofás de cuero en el amplio portal... Vamos, que nos hemos pasado del presupuesto de aquí a Zamora (lo de 'a Lima' ¿por qué se dirá tanto?). Ayer se ha convocado una reunión de comuneros, y nos dan la noticia —el presidente y el tesorero— de que el banco nos quiere embargar por falta de pago. Para salir del apuro se les ha ocurrido a los de la directiva el pasar un recibo extra a los 102 copropietarios por igual importe ¡! Hay viviendas aquí desde 40 metro cuadros a doscientos veinte metros cuadrados. Evidentemente los de las más grandes están encantados, los de las más pequeñas ¡totalmente desencantadas! (somos más las féminas con pequeño apartamento, qué le vamos a hacer). Vamos a ver, si yo tengo una participación del 0,27 % en el total del edificio (casi la que menos) y algunos (pocos pero muy ruidosos) la tienen de hasta un 4,61 % ¿no les parece un disparate totalmente injusto el que se pretenda dividir la deuda a partes iguales entre los 102 propietarios? Los de la directiva dicen que que se sienten muy presionados por los de los pisos grandes ¡! Pues no hay tu tía; y lo malo es que están a punto de cortarnos la luz de las zonas comunes. En fin, estoy pensando salirme de esta Arca de Noé y comprarme una canoa. ¿Qué opinan ustedes?

(Disculpen que les cuente estos problemillas personales, pero ya que el panorama de la ciudad anda tan aburrido y despreocupado... de algo habrá que hablar en esta blog ¿eh?).