IX ÉPOCA

10.7.06

Inteligencia al volante

Cada fin de semana, los periódicos dan cuenta de que alguno de nuestros jóvenes ha muerto "por causas que se desconocen" en un accidente de circulación. La mayoría de los siniestros se producen de madrugada y las víctimas tienen edades comprendidas entre 18 y 30 años.
Como simple observador, podría hacer un retrato robot de los conductores y vehículos que, tarde o temprano, servirán para inflar unas estadísticas que dicen que la principal causa de muerte de los jóvenes de entre 18 y 30 años es la carretera: muchacho de entre esas edades a bordo de un coche de gama mediana/pequeña, con más cilindrada que masa encefálica de su conductor, preferiblemente tuneado y con el "loro" a tope, con alguna joven a bordo, de regreso de las zonas de copas y tratando de demostrar, a base de acelerones, adelantamientos arriesgados y absoluto desprecio por su vida y la de otros, que Fernando Alonso es un aprendiz a su lado.
Ya antes de que llegue la noche, los candidatos a incrementar los rendimientos económicos de Emorvisa, se pavonean por la ciudad atronando con el volumen de los altavoces de abordo, tratando de demostrarnos a todos lo "hábiles" que son al volante y lo formidable del equipamiento del "buga". Luego, con las copas de rigor (o, incluso, sin ellas), los comportamientos vespertinos se reproducen inconscientemente al llegar a las peores condiciones de conducción posibles. Todos ellos saben que siempre han salido con bien de sus arriesgadas maniobras..., por el momento. Algunos jamás llegarán a sacar provecho de una mortal experiencia; lamentablemente, muchos de quienes han salido con bien (más o menos) de un accidente, tampoco.
¿Qué es lo que ha logrado esta sociedad, enfangada en una tecnología que supera la capacidad de la mayoría para controlarla? ¿Cómo hemos podido alcanzar tal grado de narcolepsia como para incitar a quienes no hemos capacitado suficientemente a que se lancen inconscientemente a morir y matar?
Sé que es muy difícil convencer a quienes necesitan emociones, y definirse por comparación, de que lo único que pueden demostrar con comportamientos así de arriesgados es una falta de inteligencia sólo comparable a su exceso de estupidez. Pero urge poner coto a esta sangría que, incluso desde un punto de vista de puro egoísmo, nos está dejando sin los que tendrían que contribuir a nuestra jubilación futura.
Y sé también que no hay campañas de "sensibilización" capaces de provocar una reflexión positiva en algunas mentalidades todavía en formación. La inmensa mayoría de los aspirantes a cadáver circulatorio saben todo esto, pero "saben" también que no va con ellos, porque ellos "saben lo que hacen".
Lamentablemente, parece que la única forma de atajar el mal es la represión. Soy consciente de que la palabra tiene tal cantidad de connotaciones negativas que, probablemente, no se comprenda la intención. Pero creo firmemente que son los comportamientos tolerantes con los excesos urbanos los que están en el origen de esta situación.
Podría empezarse con aplicar con cierta regularidad la Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones para reprimir los horteras excesos sonoros de algunos coches que recorren nuestras calles, de día y de noche, atronando al vecindario. Claro que soy consciente, también, de que hay una industria (más de una) basada en el consumo de los instrumentos que hacen posibles aquellos excesos, y de que esas industrias tienen capacidad de sobra para impedir restricciones a sus consumidores. Pero es la tolerancia con los comportamientos iniciales la que facilita que quienes no reúnen experiencia suficiente se enfanguen en un consumo mortal.
Chavales, por favor, dejaos de coñas y de pretender demostrar que sois "los más audaces", o tratad de encontrar retos menos letales para la lógica competición del "macho" con otros "machos", en la ancestral lucha por lograr las mejores hembras del rebaño. Y vosotras, chicas, buscad donde podáis formas menos estúpidas de valorar los excesos de los machos jóvenes.
Aunque os empeñéis en no creéroslo, os necesitamos y nos necesitáis. No seáis tan estúpidos de creer que ya lo sabéis todo y que los "puretas" sólo pretendemos "dar la vara".
¡Salud, e inteligencia al volante, troncos!

8 comentarios:

Anónimo dixo...

Hola Marcos, soy el anonimo de "la Voz ¿te das cuen?. Para que veas estoy de acuerdo contigo, aunque ya se que tengo que leer un poquito más. Precisamente mira por donde un día leí un titular que me impacto: Los jovenes gallegos se suicidan en el fin de semana. Yo creo que es un problema de base: el ocio de los jovenes se basa casi exclusivamente en el consumo de alcohol (y otras cosas) y en eso que podemos denominar marcha nocturna. Todo ello en un pais en el que el consumo de alcohol es algo habitual y esta presente en todo tipo de celebraciones. Las medidas que tú propones son lógicas, pero ya sabes lo que hay. Recuerdo conversaciones sobre el tema y siempre es lo mismo: ¿como vamos a cambiar, si España es el pais en el que mejor se vive? eso va con nosotros, que para eso somos latinos y perlas del estilo. Falla estrepitosamente la educación vial que no existe, a mayores de que la gente es una maleducada, que hay mil listos que creen que eres un burro al volante, etc. Sobre la obtención del carne es mejor ni hablar, tres nociones, un examen y tira millas. Particularmente creo que despues del examen practico se debería dar un carne provisional, para despues de un determinado tiempo volver a examinarse para obtener el definitivo. Creo que también el mensaje de las autoridades no llega a determinados colectivos, no sé exactamente el porque. Y por último hay otro factor social, en una región pobre como la nuestra,un simbolo de cierto poder adquisitivo es el coche, los emigrantes en cuanto podían se compraban un Mercedes para que en las vacaciones todo el pueblo contemplase el progreso del paisano en cuestión, algo que ha llegado a nuestro dias: la gente no se compra el coche que necesita, se compra el coche con el que más puede fardar. A mayores añadale un absoluto desprecio por el transporte publico (algo propio de paises comunistas, tal y como me lo definio un viguesito de a pie). Este fin de semana sabrás que la Xunta puso en marcha un servicio de buses nocturnos, pues nada algunos de los mozalbetes decian que coger el autobus ni de coña, que sino como iban a fardar delante de las nenas... Desgraciadamente, yo ya no sé que mas se puede hacer por acabar con esta sangría, detrás de las cual hay un enorme sangría economica( que puede ser lo de menos, es cierto), pero sobre todo una enorme tragedia humana.

Anónimo dixo...

A industria hostelera non vai deixar que se aplique con rigor -polo menos en Vigo- a Ordenanza de Ruidos. Tendo en conta que os que atenden as denuncias dos veciños polo ruido nocturno son policías locais e que este corpo está máis que ben representado no sector, mal vexo as cousas.
Outro factor que cexo determinante é a asociación cada vez máis estreita de ocio xuvenil-alcohol-noite, que ninguén parece estar disposto a afrontar.

Anónimo dixo...

tendríamos que empezar a variar los horarios ¿es necesario salir de casa a la una para ir de copas?después de trabajar todo el viernes estamos cansados y tantas horas y tantas copas...No hay cuerpo que resista.
Mucho va en los hábitos que tenemos, no tienen mucho sentido

Marcos Andión dixo...

Hola, anónimo de “La Voz”, me doy cuen…: te juro que me encanta que estés de acuerdo conmigo, del mismo modo que no me disgustaría lo contrario. Soy de los que creen que sólo se puede aprender de los que discrepan, porque los que están de acuerdo pueden proporcionarte íntima satisfacción, pero no nuevos conocimientos. Y a mí me sigue gustando aprender: salgo ganando.
Dicho lo cual, debo añadir que me has interpretado mal, probablemente porque no haya sido convenientemente preciso en mi expresión, cuando te dije que deberías leer más. No me refería (podrás deducirlo del contexto) a que ampliaras tus lecturas sino a que leyeras algunas otras cosas de este blog relacionadas con el tema, porque en ellas podrías obtener respuestas a tus suposiciones. ¿Podrías aceptar que la “casualidad” de que nos citen en La Voz se debe a que le gustamos al que nos cita, o que le parece interesante nuestra existencia? ¿Realmente crees que eso es suficiente para afirmar que aquí andamos varios periodistas de ese medio? ¿Tan difícil te resulta creer que puedan existir ciudadanos únicamente interesados en exponer sus opiniones, ofrecer algunas informaciones que creemos de interés general y tratar de influir de algún modo en eso que hemos dado en llamar opinión pública, sin estar mediatizados ni partidista ni económicamente? Pues, como las meigas, habelos hainos.
Para aclararte nuestra posición al respecto, haciendo hincapié en que es anterior a tu comentario, te invito a leer el post titulado “Carta abierta a la peña”, del mes pasado y de mi autoría, aunque acorde con el criterio de los colegas que hacemos esto.
En cuanto a lo de las muertes al volante, suscribo todo lo que dices, aunque apuntaría una insistencia en que, visto lo visto, sólo nos queda el camino de la represión. Nos andan diciendo eso de “tolerancia cero con el alcohol”. Pero el mecanismo acaba por ser meramente recaudatorio, porque la misma multa no es igual para ti o para mí que para Fernández Alvariño y familia, por poner un nombre al albur. Y todos los muertos al volante estaban seguros, antes de dársela, de que allí no habría controles. Seguramente tenían razón, pero insisten en no darse cuenta de que mejor es una multa que la factura de Emorvisa.
Discrepo ligerísimamente sobre lo del coche como icono de nivel social. Ya fueron tiempos, porque lo mismo aquí que en Valencia, Madrid o Cataluña, los fines de semana se estrellan chavales de madrugada.
En todo caso es cierto que se trata de una cuestión de educación, es decir, de hábitos. Y la educación verdaderamente válida se obtiene del entorno familiar, que es dónde se pueden obtener valores estables (profundos y duraderos, no inalterables), con independencia del tipo de familia que se establezca. No se puede dejar en exclusiva al Estado la formación integral de las personas.
¡Así me lo aprendí yo!

Anónimo dixo...

Hola Marcos, voy a dejar ya la historia de la Voz ¿ok?
Si claro que se estrella gente en Valencia, Madrid, etc... pero ya sabes que hay gente que si pudiese iria a mear en coche. En realidad quería decir que para alguna gente la posesión de determinados vehiculos supone cierto status. es decir no es lo mismo llegar al bareto en tal coche que hacerlo a pie o el buho. Tienes razon, claro no me habia dado cuenta, nada se le puede pedir a un chaval que ha mamado desde pequeño a un papa que es un autentico cafre al volante, que aparca en doble fila, en los pasos de peatones, que pasa semaforos en rojo, etc....Pero ya sabes que aqui el culpable de todo es el... estado.

Marcos Andión dixo...

Pos vasereso... En todo caso, y rebotes irreflexivos aparte, encantado de que nos visites y de que te expreses con libertad en nuestro blog. Sabemos que hay un número suficiente de personas que se preocupan por lo que ocurre en la ciudad y por lo que hacen quienes tienen encomendada su gestión. Con toda sinceridad te animo a que sigas participando (aquí y donde detectes preocupación por lo nuestro), porque me parece importante que entre todos vayamos creando la conciencia de que algo podemos hacer: los que estamos de acuerdo y los que no.
¿Salud y al loro!

Anónimo dixo...

Nada que reprochar a lo expuesto, pero como siempre serà como echar agua al mar. No vamos nunca al fondo de la cuestiòn. Por ejemplo: Nos meten hasta por el tercer ojo la cantidad de caballos que tiene el matajente que te va a dar la "libertad" de matar a otros y salir disparado para el otro mundo. ¿ No es esto publicidad delictiva? . ¿Quien deberìa de controlar esto?. Ah!, perdòn, se me olvidaba eso de los intereses creados. Uds. lo han dicho. La represiòn y diez años por cada muerto causado y todos derechitos com una vela. Lamentable.

Anónimo dixo...

Si se hiciese más deporte no se bebería tanto. Falta deporte en las escuelas e institutos y no será porque los chavales no lo demanden. A ellos les encanta. Los chicos/as deportistas se controlan más. El deporte también educa