-Pero si sólo he tomado dos cervezas...
Clásica frase de conductor con exceso de alcohol cuando el agente que le acaba de hacer el control le enseña el "soplómetro" que marca 0,28. Luego viene eso, a la hora de comentarlo con los amigos, tratando de "epatar", de que bastan dos cervezas para dar "positivo" en un control.
No es más que otra leyenda urbana, que está haciendo la puñeta a los restaurantes de la periferia, los cuales obtienen una parte notable de su rendimiento económico de la venta de vino en comidas y cenas. Pero no he visto en ninguna parte (con la excepción de las declaraciones recogidas en Faro de Vigo de un hostelero), que beber razonablemente no implica rebasar el límite legal permitido. Pues, si señor, es verdad, con media botella de vino (entre 11 y 14 grados) durante la comida no se llega a la mitad del límite, establecido en 0,25 gramos de alcohol por cada litro de aire expirado.
Y ésto nada tiene que ver con las diferentes tolerancias al alcohol de cada uno. El "soplómetro" no mide lo "peneque" que estés, sino el porcentaje de alcohol. Hay quien con dos cervezas está ya en situación de "dormir la mona" y quien puede estar en aceptables facultades rebasando el límite del control. Pero la legislación se remite sólo a una tasa determinada. Incluso ha habido quien, superando el límite permitido, ha logrado una sentencia absolutoria porque no había cometido ninguna infracción circulatoria y había demostrado dominio suficiente por medio de las pruebas físicas a las que se sometió en el lugar del control.
Con esto pretendo "romper una lanza" en favor de los hosteleros, al mismo tiempo que propinarles un leve tirón de orejas por ser cutres y no anunciar que disponen de "soplómetros" para tranquilidad de sus clientes. Tal y como van las cosas, o los restaurantes se dotan de esos aparatitos o pueden ir pensando en limitarse a servir "cola" con el estofado. Claro que, para recuperar el déficit producido por no vender vino, pasarán a cobrar los refrescos al precio de un "Rías Baixas" o un "Ribera del Duero"; o pegar un estirón en el precio de los platos. Si a ello le unimos que pierden la clientela que cree que beber pone en riesgo la integridad de su carné de conducir, aquí sólo van a poder cenar fuera de casa los potentados.
Y el otro propósito es el de "desmontar" esa leyenda urbana, transmitida a golpe de desinformación, de que bastan "dos cervezas" para que te pillen. Se necesita mucho más, si nos referimos a espirituosos fermentados (vino, cerveza). Ingerir destilados, con 40º, ya es otra película, pero, en todo caso, para salirte del límite se necesita beber más de lo que un bebedor sensato puede considerar más que sufuciente para comer a plena satisfacción. En todo caso, también conviene decir que, aunque no se sobrepase la tasa permitida, a la hora de conducir con algo de alcohol, incrementar las precauciones es muy recomendable, porque algo de capacidad se pierde.
La gran "revolución" que estamos sufriendo es la de un par de generaciones que se han introducido en la cultura del alcohol, en el que sólo buscan su efecto obnubilante, a través de la "litrona" y el "botellón". Son jóvenes que acompañan el marisco con "cocacola", o con cerveza "cerocero" porque no les gusta el vino, pero se meten cualquier cosa (que tampoco les gusta) para salir por la noche con "el puntito" pillado cuanto antes. La cultura del vino, más que saludable, requiere también cierta educación.
No le veo la gracia a esa escalada en la publicidad contra el exceso de alcohol, que empezó con aquel "ni una copa de más" y ha terminado con "ni una copa".
Come o cene usted, hombre de dios, con el vino de su preferencia y, si no es un energúmeno que necesita litro y medio para estar a gusto, verá como los puntos de su carnet siguen incólumes. Finalmente, cualquiera medianamente sensato sabe si está o no en condiciones de conducir. Basta con ser consecuente y medianamente inteligente.
¡Salud!, y buen provecho.
Sumar Galicia completa este sábado o seu proceso constituínte, liderada por
Paulo Carlos López e Verónica Martínez Barbero
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Á clausura da asemblea, na Facultade de Psicoloxía da USC, está previsto
que asista a vicepresidenta Yolanda Díaz.
3 comentarios:
Sorprendente... yo ayer leí el Faro y la verdad es que el reportaje provocaba angustia. Hay que reconocer que para lo poco que te permiten beber... entiendo que la gente opte por NADA.
De todas formas, ya es simpático, hoy El Ideal publica ésto (justo lo contrario)...
El consumo de alcohol no baja en los restaurantes de la ciudad
Los bares y restaurantes de A Coruña no han sufrido un descenso significativo de su clientela con motivo de la implantación del carné por puntos. Los ciudadanos continúan bebiendo vino en las comidas, a pesar del riesgo de los posibles controles policiales.
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Estimado Watson: Prueba a ir andando a cenar y compara la facilidad para hacerlo en una y otra ciudad. Elemental!
Un saludo
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