Humaniza, que algo queda

¡Conseguido! Si les faltaba algún dato para confirmar lo que todos suponíamos, ahí les queda esta oportuna informacion de La Voz de Galicia. En seis años, el precio de una plaza de aparcamiento en el centro de Vigo, ¡se ha mutiplicado por siete!, ¿eh?
En realidad, la noticia referida tiene poco que comentar: se entiende sola. Pero lo que no se entiende muy bien (o sí) es que en pleno centro de Vigo se sigan edificando inmuebles sin la exigencia de aparcamiento. La inmensa mayoría de los nuevos edificios se dedican al lucrativo negocio de los "mini pisos", fundamentalmente estudios de no más de 40 metros cuadrados.
Esta nueva ola de reducidos habitáculos, tan denostados cuando es la iniciativa pública la que los promueve, tiene una mayor demanda en una sociedad en la que el alojamiento de una sola persona crece, al crecer el número de separaciones, divorcios, etc. Pero, al mismo tiempo, se da la circunstancia de que la mayoría, por no decir la totalidad de los nuevos inquilinos/propietarios, tienen un automóvil al que no se facilita alojamiento.
Qui prodit? Pues beneficia a los titulares de concesiones de aparcamientos subterráneos y a los promotores de los que hay previstos. Mientras perjudica, notablemente, a todos los demás, lo cual nos hace suponer que no disponemos de un gobierno para todos, sino de un gobierno "para los nuestros".
Que un metro cuadrado de alojamiento de coche sea más caro que el del alojamiento de una persona es un sindiós. Pero es ese desafuero el que está siendo favorecido desde el Concello que rije la inefable C.Porro, con la inestimable ayuda del "Iznogood" de Figueroa y el "Látigo" del profesor Toba Girón, a golpe de "humanizar" lo inhumanizable, mientras se nos deshumaniza a base de enlosetados, alcorques y estética urbana de gruyère con moho.
Pero ellos siguen, erre que erre, proponiendo más "humanizaciones" carísimas, más aparcamientos subterráneos para paliar la eliminación de plazas en superficie y más apartamentos/estudio sin garaje.
Parafraseemos el aforismo y zambullámonos en un ¡humaniza, que algo queda! Pero ¿qué algo les queda?