Con toda la faz

Se necesita mucha faz para decir lo que el ínclito Figueroa-Iznogood acaba de proferir. ¿Pues no nos viene ahora con que va a investigar quién ha tenido la culpa de la riada de Urzáiz-Colón, etc., y mira hacia la constructora? No será porque no se lo hayamos dicho nosotros, y muchos otros: que no se puede gastar el dinero –mucho dinero– para el maquillaje y dejar la red de colectores como estaba, o casi.
Antes, cuando aún no se había “humanizado” Urzáiz, ni el entorno de la Alameda, las inundaciones cuando caía agua de más se producían en O Berbés y por ahí; ahora las alcantarillas “humanizadas” no aguantan ni la mínima, porque no hubo ni un duro para lo de debajo de las losetas.
No me resisto a relatar un episodio de la política local que refleja mejor lo que acaban de hacernos Corina y los señores que apoyan a la alcaldía. Corrían los años sesenta y regía la ciudad, con mano férrea, Rafael J. Portanet Suárez. Técnicos municipales le hicieron llegar la necesidad de revisar, y actualizar, la red de saneamiento, que ya por entonces ni se sabía cómo estaba. La respuesta de aquel hombre, que se ufanaba en presidir asfaltados por la periferia y precarias iluminaciones, a golpe de banda de música y explosión de cohetería, fue de las suyas: “Yo no entierro 300 millones de pesetas”, dijo. Y lo hizo.
Y es que siempre es más remunerador para el ego hacerse la foto ante un asfaltado, o un enlosetado, o una humanización. Porque, a ver cómo se retrata uno ante una tajea moderna, o una alcantarilla: decididamente no queda mono. Y, claro, lo de quedar mono es el lema de campaña de Corina, que parece que deseara que todo se le pareciese: maquillaje indeleble sobre la tez, "lipstick” perfilado, “fourouge” para los párpados, y “lifting” en la papada, si procediese. Y es que son tan cristianos y evangélicos ellos que, como decía uno de los intervinientes en este foro, acaban por resultar unos “sepulcros blanqueados”: por fuera perfectamente encalados, para esconder lo que se pudre dentro.
Y así, burla burlando, nos escamotean lo importante, se solazan ofreciéndonos espejismos de supuesta belleza urbana, y se pasan por el forro de donde se pasan estas cosas lo aprobado en los proyectos originales. Porque habrán de saber que en el proyecto de las obras esas de humanización que nos han tenido meses con las calles levantadas se incluía la reposición de la red de saneamiento. Pero les debió parecer que Portanet tenía razón y no quisieron enterrar la pasta, para dejar más dinero en una suntuaria apariencia que no durará mucho. Ya empezaron a reventar las conducciones por el entorno de la Alameda, mientras los seguros que habrán de hacer frente a los destrozos en bajos, garajes y aparcamientos, supongo que estarán afilando las uñas para encontrar a los responsables del desaguisado. Y, como siempre, entre todos acabaremos pagando los desafueros de quienes tienen la obligación de administrarnos bien lo nuestro.
Y la oposición –que son más–, mirando para otro lado, o contentándose con tímidas interpelaciones que originan respuestas peregrinas e insatisfactorias.
¡Muera la alegría! ¡Viva el cachondeo!