Sin pan, sin fieras, sin payasos...

Es verdad. El domingo se reunió en el litoral de la ciudad muchísima gente. Los había de fuera, pero la inmensa mayoría eran vigueses. Qué duda cabe, el esfuerzo publicitario fue fuerte, y las instalaciones efímeras debieron de costar lo suyo. Siempre que hay circo —aunque hubo poco pan—, ya desde los romanos... el vulgo acude. Corina, la muy romana ella, con el espectáculo le basta ¡qué nómada! Ahora levantará las carpas y a otra cosa mariposa.
Hoy, lunes, 'el día después' cabe preguntarse ¿vale la pena tamaño fogonazo? ¿qué es exactamente lo que queda de todo ese esfuerzo económico y emocional? ¿Todo se lo ha llevado con el viento que infló las velas aquellas de la Volvo Ocean Race? Tanto jaleo para ver zarpar siete veleros ¡SIETE!
Y al menor esfuerzo que hagamos de recordar anteriores celebraciones, donde quiera que estas fueren… de la feria mundia de París hoy nos queda la torre Eiffel, de la de Bruxelas hoy disfrutamos del Atomium, de la de Barcelona siempre es reconfortante pararse en el pabellón de Mies...
Del despliegue de la Volvo en Vigo nos queda un recuerdo de calles céntricas destripadas, de riadas que inundan los parquings subterráneos, innumerables lonas decoradas con fotos de edificios hermosos que se han demolido para levantar verdaderos bodrios; lonas, en definitiva, que tapaban el estado ruinoso de buena parte del centro de la ciudad. Asómesen, sí, asómenes detrás de una de estas lonas fiananciadas por las comisiones financieras de dudosa legitimidad, legales sí, peero de dudosa legitimidad; detrás de las lonas está la cara de un Vigo anodadado por sus gestores urbanísticos. ¡Cuánto disparate amigo Julio Verne!
Y de los SIETE veleros, dos ya, antes de las 24 horas de navegación por el proceloso, ya en puerto medio rotos. Colón, en donde quiera que descanse, debe de partirse de risa; él, que con unos cuantos desahuciados de 'tierra adentro' partió con tres cáscaras de nuez rumbo a la Indias debe de remorirse de risa de tanta parafernalia.
Esto es lo que da de sí nuestra alcaldesa: circo sin pan, sin fieras, sin payasos... todo muy virtual (grandes pantallas electrónicas).
Sra. Corina ¿hoy qué?