Confieso que siempre me han fascinado los titulares de los periódicos. El de titular es un arte no exento de complicaciones ni ajeno a las satisfacciones que proporciona el trabajo bien hecho: deben llamar la atención y sugerir la lectura del texto, además de resultar suficientemente informativos y comprensibles como para poder no hacerlo. Ejemplos de buenos y malos titulares de prensa conocemos todos.
Pero hacía años que no me tropezaba con joyas como las que coincidieron en un mismo número de Faro de Vigo. Creo que su simple referencia sería suficiente como para encontrarle las vueltas a los mencionados titulares, pero a mi me presta decir algunas cosas sobre ellos.
"Una traducción errónea de la palabra de Jesús deja sin Dios a los Sagrarios". ¡Hostiá!, creo que es lo primero que se le ocurre a cualquiera, nada más pasar la vista por segunda o tercera vez sobre el alarmista epígrafe. En realidad, lo que menos impactante resulta es el profundo significado advertido en el titular, porque la rotundidad de la frase ya justifica un tratado sobre la titulación periodística.
La noticia, escondida en el ángulo oscuro del rincón de las páginas dedicadas a las "Comarcas", da cuenta de la próxima salida del libro de un cura de A Guarda, en el que explica que, al haberse traducido mal del griego las exactas palabras de Jesús en la última cena, llevamos quince siglos comulgando con ruedas de molino. Porque al fallar la fórmula Dios no baja, ni la hostia se convierte en su cuerpo y sangre y, por ello, desde que se emplea la fórmula mal traducida, en los sagrarios no está ni Dios y nadie lo recibe en la comunión. Lo que se dice un "sindiós".
Estaba aún digiriendo el silogismo propuesto por el cura guardés con la preocupación imaginable en quien ve derrumbarse de un vistazo quince siglos de cultura judeo cristiana y, justo cuando me preguntaba qué implicaciones iba a tener el descubrimiento en la política educativa con eso de la Educación para la Ciudadanía, recibo el golpe de gracia, con una propuesta diametralmente opuesta a lo comentado hasta ahora.
"Lema se compromete a 'reformar' la orden de furanchos e incluir 11 tapas". ¡Átame esta mosca por el rabo! Desde aquí reto a cualquiera (antes de visitar el enlace) a que encuentre el sentido a la frase. La explicación, para curiosos compulsivos, en el texto de la noticia datada en Cangas. Pero les adelanto que el frío relato de la noticia no resiste la comparación con las variadas interpretaciones que sugiere el titular, entre las que sospecho que se encontrará la clásica ¡la gallina! En el cachondeo que nos tiramos comentándolo no faltó la referencia castrense sobre la "orden de furanchos", la religiosa sobre el sentido posiblemente monacal de dicha orden y, ya sobre las tapas, pues os podéis imaginar. No faltó quien aseguraba que el tal Lema debía de ser el Gran Maestre de la Orden de Furanchos que juraba por la Sagrada Cacheira de Porco Celta que le iba a meter una Reforma gansa para dar cabida al Cabildo de las Once Tapas.
Pero toda la inquietud provocada llevaba incorporado un bálsamo espiritual, porque "seremos un referente arquitectónico en Europa". ¿Como lo ven ustedes? Lo dijo el alcalde, que últimamente va como un "amoto" asegurando que disfrutamos de la gran suerte de que es el alcalde del mejor de los mundos posibles, y uno de los mejores de Portugal.
A ver, si no: ya logramos hacer un hoyo de un par de metros para poder ver el concierto de fin de año del 2009 (o del 10, o el 12, o ¡yo qué sé!) en el emblemático Auditorio que se va a hacer Por tela; Jean Nouvel nos va a montar un pirulo celta con pasarela para lucir un puerto emblemático, y Rafael Moneo completará el mamoneo de los emblematismos, dejando "tamquam tabula rasa" lo que un día fue el Campo de Granada porque la torre del Concello, además de resultar feísta y no acorde con su "contorno", ya no tiene capacidad para más despachos de asesores, coordinadores y demás personal de fontaría de fortuna.
En fin, que espero de su benevolencia "un pase" para esta digresión un tanto lúdica, por si el fin de semana les coge de buen humor. Y, ya saben, no se preocupen demasiado por lo de los Sagrarios sin Dios, que ya algo se le ocurrirá al Papa para arreglarlo, aunque para mí que lo de la Orden de Furanchos lo tiene más crudo.
Y, si no le encuentran remedio, hablen con el alcalde que ya verán como les asegura que Dios no ha huido porque charla con él durante el desayuno, y luego se van a catar 11 tapas por esos furanchos de Dios.
25N.- Galicia sae á rúa para pedir a fin da "barbarie" machista e as
políticas que a ampara
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Miles de persoas esixen en Galicia o fin da violencia machista e "que a
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que pon...
2 comentarios:
Si me permite, Sr. Andión, empezaré con una cita bíblica que lo mismo vale para un roto que para un descosido: "La verdad os hará libres" (Juan 8,32) y si me permite, añado: "y la mentira, creyentes". Teniendo en cuenta que la Biblia es un dechado de mentiras mal escritas y peor traducidas, entre finales del siglo I y principios del II, por hombres que no vivieron la época de Jesus, y por tanto no lo conocieron, es inútil insistir sobre el asunto, que además no es tema para esto.
Con respecto a los furanchos, pues qué quiere que le diga. Que parece que se están sentado las bases de la "Galician Countryside New Cooking and Wine". ¡Hasta de los furanchos se puede hacer política.
Y por lo que atañe al Albert Speer local, transmutado en alcalde mentiroso, pues que alguien debería vigilar qué come y bebe el interfecto, porque además de delirios de grandeza pueblerina, ¿la estación no la paga Renfe, Adif o quien sea, menos el Concello? ¿Quien le dió vela en ese entierro?
¡¡Qué tropa!!
Lo cierto, Galopín, es que no hay verdad sin libertad. Siguiendo el razonamiento, primero es la libertad y luego la verdad. O sea que, en realidad, la frase correcta no es "la verdad os hará libres", sino "la libertad os permitirá conocer la verdad".
De todas formas, el tema iba de titulares, sin muchas más pretensiones que un poco de diversión. Por lo demás, coincidimos.
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