Anda la peña más que revuelta desde que Lorenzo nos recordó lo del incipiente embarazo. Lorenzo dice que nos da igual si es niño o niña, pero la verdad es que a mí no me da igual; yo no quiero niño ni niña. Y para eso la ley prevé lo del aborto (interrupción voluntaria del embarazo, para que quede claro).O sea, que lo que yo propongo es un aborto, dentro de los márgenes que para ello establece la legislación vigente. Es decir, que interrumpamos el embarazo que nos preparan.
--Y eso cómo se come.
Vale, no es que no vayamos a tener un alcalde dentro de nueve meses, no; lo que digo es que no quiero un parto con resultado de Caballero o Corina, y no digamos ya, Santi. Lo que pretendo decir es que les cortemos el incipiente cordón umbilical a golpe de votos para conseguir un parto diferente.
La ley está de nuestra parte y, además, como somos jovencitos, no tendremos que decirle nada a nadie, ni a nuestros progenitores ni al tutor, ni a C.Porro, ni a Caballero, ni a Santi.
Y me apunto a lo de la cuarta pata para el banco, que el pobre está renco de más. Creo que urge decirles a los que hay que no deseamos más de lo mismo. Y no se engañen ustedes, porque habrá más de lo mismo tanto si el ganador es uno como si es la otra.
Lo que pasa es que, una vez practicado el aborto, conviene ponerse a la faena cuanto antes y buscar una gestación diferente, porque como sigamos con la endogamia que nos asfixia desde hace tiempo, cualquier alumbramiento corre serio peligro de resultar chungo de toda chunguez. A no ser que les sigamos permitiendo que sean ellos los que hagan el aborto con nosotros, porque al paso que vamos...
O sea que busquemos a otros (los que sean) y démosles la oportunidad de que se retraten, porque la foto de éstos ya está muy vista y no mola.
NOTA DEL AUTOR: Si a alguien se le ocurre (que nunca faltan) liarla con lo de aborto sí, aborto no, le agradecería que se abstuviese, porque la cosa no va por ahí. ¿Estamos?
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