¡fuera inútiles del ayuntamiento!

Tras habernos confesado mutuamente, con el consiguiente dolor de contrición y propósito de la enmienda, los integrantes de la célula me han encomendado la dura tarea de reconducir mis actos hacia la contemplación positiva de los hechos consuetudinarios que acontecen por aquí.
En pocas palabras, que se me han cansado de mi pertinaz persecución de esas magníficas gentes que, pensando siempre en nuestro bienestar, nos vienen gobernando. ¡Hala, a ser positivos!
Y me pongo a ello:
Gracias al denodado esfuerzo de nuestros munícipes gobernantes, cautivo y desarmado el ejército técnico interior, las tropas populares han alcanzado sus últimos objetivos funcionariales: ¡Ya tenemos los informes! Por fin se han encontrado los verdaderos técnicos que saben de la cosa. Sólo que han tenido que ser externos, porque los internos y mediopensionistas a los que pagamos no sirven para nada, que andan siempre dando tres cuartos al pregonero con informes negativos (siemprrre nejatifo, nunca positifo; que sois maaalos), con pegas para todo, con que si el puñetero pliego de condiciones (así pagan la confianza depositada en ellos para redactarlo), con que si esto y con que si lo otro.
Muy atinadamente, Faro de Vigo comenzaba la correspondiente información con este ilustrativo párrafo:
“Dos informes externos, encargados por el Concello de Vigo, avalan la propuesta que lidera Caixanova para hacerse con el concurso para la construcción y explotación del Auditorio-Palacio de Congresos. Uno de ellos ofrece una comparativa con la otra oferta, relacionada con Caixa Galicia, muy favorable para la primera, mientras que el otro rechaza o matiza, una por una, las 36 deficiencias imputadas a la de Caixanova en el informe elaborado por el jefe del Servicio de Fiscalización del Consello”
Cierto es que ya habían encontrado alguno de los buenos, pero, claro, aquello de que da igual una planta de aparcamiento que dos se digería mal, y hubo que seguir buscando. O sea, que agradecidos a esos dos imparciales, impecables, positivos y preclaros técnicos externos. Qué ya era hora.

Pues, acorde con la nueva etapa (no sé cuánto me puede durar) positiva, desde aquí EXIJO (el resto de los colegas, también) el fulminante cese de los inútiles técnicos internos y/o mediopensionistas que andaban informando hasta ahora, y que se les imponga la pena adicional de pagar las cuentas de los técnicos externos (que ya nos dirán cuánto cobraron), además de entregarles el bocadillo de alcriques de la merienda cuando salgan al recreo.
Por si hiciera falta, ahí van algunos de los nombres de estos personajes que vienen cobrando de nuestros impuestos y no tienen ni puta idea de lo que informan, porque son unos incapaces, unos vagos, unos despistados, unos maliciosos, unos desaprensivos y, además, que a saber dónde guardan sus mal conseguidos ahorros salariales, que no me extrañaría a mí que los tengan escondidos en otra caja:

Benjamín Suárez: jefe de servicios económicos
Alberto Tizón: jefe de fiscalización
Ignacio Oliveira: jefe de Cultura
Arsenio Díaz del Río: jefe de Nuevos Proyectos
Lois Cea: director del Verbum
Juan Piñeiro: arquitecto municipal
Javier Mosquera: jurista municipal

Y, de paso, que cesen también a todos los jefes y técnicos municipales que pudiendo haber informado no lo han hecho, porque no han querido o no se lo han pedido. Y si no hay ni jefes ni técnicos suficientes a mano, que cesen también a los administrativos y ordenanzas. Ya puestos, que sólo dejen a la policía municipal, pero que trabajen de noche nada más, en festivos o en Navidad, que es donde están los sustanciosos pluses que tan justa y acertadamente negociaron Juste y Guerra.
Y es que lo que no puede ser es que los ciudadanos sigamos teniendo que pagar a unos funcionarios que, como ha demostrado Figueroa-Iznogood (¿esto es positivo o negativo?, es que no sé), no nos sirven y no se puede confiar en ellos. Ánimo, beneméritos gobernantes municipales nuestros, que no os tiemble el pulso en el ejercicio de coherencia que esperamos de vosotros:
¡ni un inútil más en el Ayuntamiento!
Y menos mal que el impagable trabajo de Chema y su equipo de positivadores incansables nos ha abierto los ojos, que andábamos como en las nubes, pagando una pastizara a unos funcionarios que no saben decir “si bwana” cuando procede. Y eterna gratitud al actual (y que sea por mil años) equipo de gobierno por conducirnos por el recto Camino que, golpe a golpe, piedra a piedra, nos conduce a la salvación.
Y, para que no se diga, he aquí también los auténticos nombres y apellidos de los positivos técnicos externos:
Jorge Montoya Arana, de Afirma Auditores, S.L.
César López Mera, de Lopez Mera y Cia Auditores, S.L.
A ambos les corresponde el impagable (aunque supongo que pagado) mérito de desmontar una-por-una, todas las patrañas que, maliciosamente camufladas como insuficiencias o incumplimientos, vertieron los internos sobre el impoluto proyecto de nuestra bienamada caja, entre otras cosas por la tontería esa de que se ahorraba (¿no es de ahorros la caja esa?, pues eso) un par de cientos de aparcamientos que, casualmente, ocupaban toda una planta del edificio. ¡Hala, ya está!

Ah, perdón, se me olvidaba la consigna del día:

¡Fuera internos y mediopensionistas! ¡Vivan los externos!