Sentémonos un momento...

La paradojas son cayucos que con infinitos riesgos nos salvan (con frecuencia) de la hambruna. Hablaba aquí del envejecimiento de la población gallega y ahora hablaré de lo jovencísima que es la humanidad ¡cuánto aún dependemos de la rueda!
Trece mil quinientos millones de años del Big Ban. Hace unos tres mil ochocientos millones de años que surgió la Vida. Y unos cien mil años hace que surgió lo que damos en llamar la Inteligencia (humana).
Somos, la humanidad, un hecho realmente jovencísimo. Para permanecer no hay más camino que la cooperación. En todo ente viviente hay jerarquización de funciones a desempeñar; si ésta se rompe surge la anomalía, entra en crisis la permanencia.
El alcalde de Vigo —como el de todos los ayuntamientos de este país— no lo elegimos los votantes; lo eligen los concejales, que en listas cerradas, sí elegimos nosotros. ¿Cómo, entonces, el sr. Domínguez se queja de que el alcalde que él nos eligió se entromete en las funciones de todas las concejalías? ¡Es su deber!
Sr. Domínguez, el ayuntamiento es un organismo inteligible y responsable. Si sus discrepancias con el sr. Caballero, si las discrepancias de su grupo, el BNG, con el grupo del PSOE son tantas ¿por qué apoyó su candidatura a presidir la alcaldía?
No, no es posible dos proyectos municipales con igual relevancia; sí es posible la fusión de dos proyectos en uno cediendo cada cual en beneficio de la coherencia, y el resultado de esta fusión la dirige, supervisa y representa el alcalde y no el teniente de alcalde.
Si las discrepancias son para usted y su grupo relevantes, lo coherente es que deje de prestar el apoyo al equipo que gobierna, y reuniéndose nuevamente vuelvan a nombrar, todos los grupos, a la persona que los dirija.
Somos realmente jóvenes, y como tales, con frecuencia actuamos de manera poco reflexiva. Por favor, sentémonos un momento... y reflexionemos; y reflexionen sres. concejales antes de hablarnos. Para eso les hemos elegido como concejales. Y no olviden que el alcalde lo han elegido ustedes. Queremos, los ciudadanos, permanecer; para ello necesitamos coherencia.