IX ÉPOCA

11.7.05

Nómadas y sedentarios

Caín y Abel. El sedentarismo y el nomadeo. De aquí surge la ciudad y de ésta la inevitable complegización del corpus legal.Para el nómada las mediaciones son sencillas. La ciudad es el lugar de las tensiones.
Alguien, en alguna cultura dijo algo así: nadie debiera poseer nada más que aquello que pudiese transportar. Fueron los nómadas del desierto los primeros orfebres; fueron los primeros en jibarizar los símbolos de poder.

3 comentarios:

Anónimo dixo...

Pues esta no puede ser la gallina. O sea, que será otra cosita. ¿De qué colorcito es?
O sea, que lo de jibarizar viene siendo reducirle la cabeza, digo yo, porque no sé qué otra cosa pudiera ser.
En fin, que si no es la gallina, pásanos una clave para desclavar el enigma. O sea, danos alguna pista a los que no estamos en la pomada, porque la exposición críptica promete.
Para tal menester, te sugiero es mismo método de hacer comentario al comentario. Porfa...

Anónimo dixo...

Supongo que se refiere a los nómadas que vivieron un día en el barrio de Casablanca, al que vemos desaparecer día a día por edificios que no mejoran ni la edificabilidad ni la calidad de vida que se lograría simplemente reformando lo que ya hay.

O al goteo incesante de la calle del Príncipe y aledaños, o directamente al barrio del Cura, para el que se pide permiso para borrarlo del mapa sin más.

La complejización del corpus legal será la duda eterna de porqué una parcela que haya sido edificada en algún momento es irremediablemente edificable para toda la vida con la única variedad de poder aumentar la altura del inmueble.

Creo que en otras ciudades el problema de desarrollo/calidad de vida ya lo tienen superado hace años preocupándose por humanizar (aceras anchas, aparcamiento controlado, servicios básicos como luz y agua dignos garantizados, asfalto en buenas condiciones, etc.) las calles sin que sea sinónimo de peatonalizar

Anónimo dixo...

El radiopredicador ha confirmado el principio de Peter, según el cual, en una sociedad jerarquizada, todo individuo tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia.
El E. Eiroa que no encuentra en su atrabiliario curriculum circunstancia alguna que pueda inhabilitarlo, no es más que un farsante clásico, con la habilidad suficiente como para aprovecharse de la incultura y cicatería de quienes lo han contratado, es decir, de los González de Haz, embarcados por entonces en una lucha sin cuartel para conseguir que la condición de periodista la otorgaran exclusivamente los empresarios.
El Eiroa que se autoalaba en tercera persona en su bolg (que le dure) era el hijo supuestamente inútil del corresponsal de Faro de Vigo en Cangas. Su padre, por ver si hacía algo bueno de él, le encomendaba las crónicas del Alondras, mientras él escuchaba embelesado al "butanito", en aquella "hora 25" que hacía el García, y soñaba con poder insultar algún día desde una tribuna semejante.
La naturaleza no le había dotado de facultades suficientes como para que le dejasen escribir en los periódicos, a pesar de no haber demasiadas exigencias en los medios, y logró hacer su meritoriaje en la radio.
Por entonces, muchos años después de ese 1974 en el que dice que comenzó su profesión (?), presentó solicitud de ingreso en la Asociación de la Prensa de Vigo, con el ánimo de aprovechar una rebaja de exigencias para obtener el carnet. Avispado como se cree él que es, presentó un dossier que incluía una serie de informaciones y reportajes supuestamente de su autoría en el diario "El Pueblo Gallego". Si sería cenizo que esos textos fueron reconocidos sin deficultad por su verdadero autor, que tenía a su cargo, como miembro de la directiva de la Asociación de la Prensa, la evaluación de las propuestas de los candidatos. Ni que decir tiene que su solicitud fue rechazada, no sin que antes la asamblea de los periodistas vigueses fuera informada de la trapallada del Eiroa.
Lo penoso es que quienes lo empujaron al barrizal en el que convirtió a la emisora decana son los mismos que ahora lo defenestran. Parece que cambian los tiempos y los dineros no necesitan ya tan bastos defensores.
Quienes tendemos a no aplaudir un despido, nos las vemos y las deseamos para no alegrarnos con éste.
De todas formas, el "crédito" alcanzado por el radiopredicador, a base de poder insultar, descalificar y exhibir su incultura como ciego guía de ciegos, es responsabilidad de quienes se aprovecharon de su osadía para medrar en el capítulo de los ingresos. Eiroa entró en Radio Vigo en un momento en el que otros profesionales del periodismo, más honestos, se negaron a aceptar la exigencia de los propietarios de la emisora de encargarse de gestionar la publicidad de los espacios informativos que realizaban para cobrar a fin de mes. Pero, por lo visto, "bussines are bussines".
Un favor, si es posible: seamos evangélicos y dejemos a los muertos que entierren a los muertos.