Si Corina Porro pensara en la ciudadanía, la escuchara, la respetara... pero no.
«De hecho, la definición de alienación es tomarse a sí mismo como punto de mira, como objeto de cuidados, de deseo, de sufrimiento y de comunicación. Este cortocircuito definitivo del otro inaugura la era de la transparencia. La cirugía estética se vuelve universal. La del rostro y del cuerpo no es sino el síntoma de una cirugía más radical: la de la alteridad y del destino.
»¿Qué solución hay? No hay ninguna al movimiento erótico de toda una cultura, a esta fascinación, a este vértigo de denegación de la alteridad, de toda extrañeza, de toda negatividad, a esa exclusión del Mal y a esta reconciliación en torno a lo Mismo y sus figuras desmultiplicadas: incesto, autismo, gemelidad, clonación. Sólo podemos recordar que la seducción reside en la irreconciliación con el otro. No hay que reconciliarse con el propio cuerpo ni consigo mismo. No hay que reconciliarse con el otro, no hay que reconciliarse con la naturaleza, no hay que reconciliarse con lo femenino (esto es también válido para las mujeres). Ahí reside el secreto de una atracción extraña.»
Jean Baudrillard en La cirugía estética de la alteridad, 5 de julio de 1993.
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