¡Fajan jasto!

Claro, es que con olas así no hay manera de hacer un puerto; ni que sea exterior. Poniéndose la venda antes de la herida, ya las autoridades competentes de la capital Ártabra se han apresurado a justificar que el dique de abrigo del carísimo Puerto Exterior de A Coruña se ha desmoronado porque sufrió, precisamente allí, las olas más grandes registradas en toda la costa gallega. Así, claro.

Aunque es verdad que hubo fuerte oleaje, que el dique estaba en construcción y que no va a ser invierno todo el año, lo cierto es que los 860 millones de euros que nos costará a todos los gallegos el faraónico proyecto (ya va por el doble de lo presupuestado) no van a llegar para mantener incólume el abrigo de Punta Langosteira. Porque en los dos últimos años ha sufrido ya los embates de Klaus y Becky, una pareja de hecho que, cambiándose de nombre, nos visita anualmente y nos deja todo hecho unos zorros.

Pero es que a solo unas decenas de kilómetros de allí hay otro "puerto exterior", en Ferrol, que lleva estos dos últimos años funcionando, que no ha costado tanto dinero y que se ubica en una zona menos expuesta a los embates de las borascas.

Pero es que en A Coruña siguen jugando al "y yo más" con nuestros dineros, en plan "burro grande, ande o no ande", no vaya a ser que los ferrolanos, o los vigueses, se le suban a las barbas. Y todo para que los grandes petroleros no tengan que entrar en la dársena del puerto interior, no les vaya a pasar lo que al Urquiola, que tropezó con la mentira de que no había bajíos en el puerto. Aunque a este tráfico le quedan pocos telediarios como la cosa siga así con lo de los carburantes procedentes de fósiles.

Y, como la información de que las olas sufridas fueron de entre 10 y 12 metros y no parecían muchos metros, la Autoridad Portuaria de A Coruña (o sea, la C.Porro herculina) nos viene ahora con que Punta Langosteira sufrió olas de no menos de 18 metros durante "mucho tiempo". Ya tardaron en medirlas, ya.

Todo sea por justificar la injustificable, porque Klauses y Beckys no nos van a faltar con esto del calentamiento global, el cambio climático, la subida del nivel de los océanos y "all that jazz".

En fin, que en todas partes cuecen habas: aquí andamos con lo de humanizarnos y allá, al norte, con lo de desplumarnos a base de inventarse puertos, en la costa, o ciudades con menos Cultura que edificios, en el interior.

Mientras, en Riazor se les desmonta el paseo marítimo un año sí y otro también. Pero sólo saben ir tratando de reponer la arena de una playa condenada por el muro que sostiene el paseo.



¡Fajan jasto!