IX ÉPOCA

22.2.12

¿Qué está pasando aquí?

Que las cosas van a peor es una evidencia. Que estamos desamparados por quienes tienen la obligación de informar sobre lo que nos interesa y tenemos derecho a saber, también. Alarmado por la noticia de "La Voz" de que funcionarios municipales se han arrogado el manejo de la legalidad a golpe de amenazas, busqué por las páginas "on line" del "Faro" y no hallé rastro del desafuero.
Lo primero que se me ocurrió fue que la cosa no había sido para tanto y que los "eternos conspiradores contra Vigo" andaban alarmando con asuntos insustanciales, porque no podía ser que el "defensor de los intereses de los vigueses" nos ocultase algo de tanta relevancia.
Luego, siguiendo el rastro del dinero (como aconsejó a Woodward Garganta Profunda), se me ocurrió que el silencio del rotativo redondelano podría tener que ver con la salvaguarda de los cuartos de los que, como ya hemos puesto en evidencia reiteradamente, disfruta la prensa entregada a quienes prefieren hacer mangas y capirotes sin la molesta atención de un periódico de aquí.
Finalmente, llegué a la única explicación lógica del asunto, tras asegurarme de que lo relatado no era ni un invento ni una exageración: en el Concello manda un comité, dominado por UGT y el SICO, recurriendo a métodos cuando menos cuestionables, si no delictivos. A lo que decidan los tribunales me remito en cuanto a si hubo algo perseguible por la justicia en los incidentes del martes pasado. Pero que Policía Municipal y Bomberos gobiernan el comité de personal como una agencia de contratación, sin tolerar intromisiones en su factoría de mangas y capirotes, tiene tantos antecedentes que resulta imposible no saberlo.
En fin, que cuando ya al día siguiente los medios de comunicación completaban la noticia con las declaraciones de los afectados y del propio alcalde, en "nuestro" Faro, que se autotitula paladín de la defensa de los vigueses, segundo día sin una línea, ni siquiera para recoger el autismo funcional de Caballero, único habitante de esta ciudad que, por lo visto, ni se ha enterado de la movida.
Bien servidos estamos con un alcalde que no se entera y un periódico que ignora: campo abonado para cualquier sospecha, por improbable que resulte.
Y campo abonado, también, para la comisión de desafueros con pantalla protectora. Pero las cosas acaban por salir y la no escasa lista de condenas judiciales a agentes de la Policía Local (recuérdense los casos de Mamadou Kane y el abogado Fernando Martínez Randulfe) es una referencia para sospechar que, al menos en algunos aspectos, la intimidación, el recurso a la amenaza y la extorsión más ramplona gozan de demasiada discrecionalidad en el concello.
Por si faltara algo en este culebrón, les recordaré que uno de los agentes involucrados en la paliza al senegalés Kane fue condenado por apropiación indebida en 1982, por extorsión en 1985 y por estafa en 1986, pese a lo cual el por entonces concejal de Seguridad no hizo nada de nada, ni siquiera ante las denuncias de Mamadou Kane y el fiscal: ¿Miedo?, ¿precaución?, ¿discreción?, ¿autismo digno del señor alcalde?
Además de este ciudadano y del abogado Martínez Randulfe, ya citados, hubieron de formular denuncias contra agentes de la policía municipal, por agresión, entre otros el jugador del Celta Carlos, Fernando Rodríguez, Odilio Meijide y Modesto Barcia, este último conocido abogado.
En fin, que lo presuntamente delictivo será dilucidado por los magistrados que entiendan en la denuncia presentada por CC.OO., pero del sesgo que sigue evidenciando "nuestro Faro" ya somos mayorcitos para concluir. Si alguien sigue empeñado en que ese medio de incomunicación nos apoya como ciudadanos para ayudar a mejorarnos la vida, será mejor que se encomiende a San Blas para que le cuide el oído, porque la vista no se la arregla ni Santa Lucía.
Ustedes dirán.

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