Una buena parte parte de los 400.000 procedimientos de ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo desde que empezó esta crisis terminó en desahucio. Rondamos los 6 millones de parados. La corrupción sí que hoy parece generalizada. A lo peor siempre fue así, pero hoy ha alcanzado el grado elemental de insostenibilidad. La sociedad está colmando su capacidad de tolerancia al ver cómo de presunciones (y confirmaciones) de deshonestidad no se libra ninguna institución del Estado: Monarquía, Poder Judicial, Legislativo, Ejecutivo, Partidos, Sistema Financiero, Empresa, Sindicatos...
En los casos que hoy están bajo sospecha o sentencia judicial la figura del "pícaro" mantiene su vigencia desde "El lazarillo de Tormes". Pero el pícaro resulta casi incomprensible sin la colaboración de otros, por acción u omisión. La más definitoria explicación del funcionamiento de la picaresca la da el propio "Lazarillo", cuando el ciego del que es guía le recrimina estar cogiendo de tres en tres las uvas del racimo que le habían regalado y compartían. Protesta Lázaro por la sospecha de quien no podía ver la "jugada" y el ciego le dice: "Lo sé porque yo las estoy cogiendo de dos en dos y tú no dices nada". Está claro que se trataba de una competición de pícaros, porque el ciego pretendía comer más que su ayudante pero se vio superado por éste y ello levantó su suspicacia, sin necesidad de más pruebas que el sentido común. Es la gran martingala del timo de la estampita, en el que el éxito se obtiene porque el timado pretende aprovecharse de la aparente ignorancia del que luego resulta ser el timador.
Buscando en esto de la red por el término "corrupción", me encontré con esta página de "Rebelión", de la que extraigo el decálogo de la corrupción:
1. Los frutos de la corrupción: El bolsillo y otros fines:
¿Qué se busca con el intercambio corrupto? Desde luego, el enriquecimiento personal, pero en muchos casos algún otro fin.
2. “Tener la llave”: El cargo público como oportunidad:
¿Qué concepto de cargo público tienen estas personas? El “servicio público” se presenta como una oportunidad que te permite “tener la llave” para satisfacer determinados intereses particulares.
2.b. “Si no lo haces, eres gilipollas”:
El concepto del cargo público como una oportunidad tiene un corolario, que es que si no aprovechas esa oportunidad eres un “gilipollas”, un término usado literalmente en estas grabaciones. Si no lo haces, demuestras una ingenuidad rayana en la estupidez.
3. “Además, no te va a pasar nada”:
La idea de impunidad. Estos actores juegan constantemente con la idea de que “no te pasará nada”. Aseguran al político que las consecuencias de participar en actividades delictivas son perfectamente eludibles. Los intermediarios o brokers de la corrupción se ocuparán de asegurarlo.
4. Pero “no vayas a joder al pueblo”:
La condición de posibilidad para aprovecharse del cargo público es que se tiene que jugar con cierta prudencia. Si uno va con una perspectiva absolutamente depredadora, seguramente no permanecerá mucho tiempo en el cargo. Por lo tanto, conviene ampliar el sindicato de beneficiarios, ampliar la nómina de favorecidos de los intercambios corruptos, si se quiere disfrutar durante más tiempo de estas condiciones.
5. “Esto funciona así” / “Es el sistema”:
El quinto elemento persuasivo de estas conversaciones transmite la idea de la inevitabilidad de la corrupción. En nuestra sociedad lo normal es funcionar así. La cosa funciona así, el sistema funciona así. Lo raro sería que se tuvieran expectativas diferentes.
En estos momentos comienza a no importar si es que no son todos los que están, porque aquí no les va a creer ni Dios (y Él menos aún, porque lo sabe todo, ¿no?). Creo que se impone dejar el asunto sobre todos los que están y dar paso a otros que aún tengan por demostrar que son corruptos o que han mirado al dedo cuando alguien señalaba a las estrellas. Y que los ciudadanos caigan de la burra de una vez y se dejen de pamplinas bipartidistas, negándoles su voto a cualquiera que ya haya gobernado o esté en ello.
Todo ello sin caer en la trampa de negar la existencia de los partidos (sólo se conoce una alternativa al sistema de partidos, la dictadura, y no mola) sino exigiendo que se proscriban las leyes que, de alguna manera, propicien la picaresca, faciliten la ocultación de prácticas corruptas, reclamando el conocimiento puntual y detallado de la actividad de los partidos que aspiran a representarnos y negándoles el voto (no cambiándolo al de la "alternativa") ante simples sospechas. De momento, no tenemos otras armas, porque ante la indignación popular suelen responder que "o ellos o el caos", cuando la respuesta adecuada debería ser "otros o el caos".
En fin, ¿qué más podría decirles yo que ustedes no supongan a estas alturas? Lo que me pregunto es si tendremos que rendirnos al "esto se hace así" o habremos llegado al "esto no hay quien lo aguante".
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2 comentarios:
Un desastre, o das hipotecas
Hai que resistiiir!!!!
Saúdos!!
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