Mañanita de San Juan, mañanita de primor, cuando damas y galanes van a oír misa mayor. Allá va la mi señora, entre todas la mejor; viste saya sobre saya, mantellín de tornasol, camisa de oro y perlas, bordada en el cabezón. En la su boca muy linda, lleva un poco de dulzor; en la su cara tan blanca un poquito de arrebol, | y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcojor. Así entraba por la iglesia relumbrando como el sol. Las damas mueren de envidia y los galanes de amor. El que cantaba en el coro en el credo se perdió; el abad que dice misa ha trocado la lición; monacillos que le ayudan, no aciertan responder, non, por decir amén, amén, van diciendo amor, amor. |
Romance anónimo.
A tod@s nuestros seguidores.
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