
Estamos en el ojo del huracán. ¡Sálvese quien pueda! Y nada de eso de que las mujeres y los niños primero. El "pinchazo" de la burbuja inmobiliaria está provocando un efecto dominó de no te menees. Desde lo de Marbella y Paco "el pocero" hasta lo último (
last, but not least) de "nuestro" NUARIA, lo que se está poniendo de manifiesto es que las cloacas del urbanismo ya están emergiendo y esparciendo su fétido olor por todas partes.
El entronque político-especulativo está claro: es desde las instancias de decisión política desde donde se puede reproducir el milagro de los panes y los peces. No es ninguna noticia afirmar que algo habrá para que gentes relacionadas con la promoción inmobiliaria o la construcción tiendan frecuentemente a dar el salto a la política, municipal preferentemente. Porque es desde las corporaciones municipales como se puede conseguir que un monte pase de producir árboles a producir ladrillos; o hacer que lo que hoy vale dos, pase a valer 20.000. Basta un "consenso", unas firmas y una conveniente "asesoría" urbanística que redacte un planeamiento conveniente. Para cuando los tribunales de justicia declaren ilegal lo realizado, ya se habrán hecho los multimillonarios negocios que se pretendían.
No deberíamos olvidar que el planeamiento surgido del "consenso" conseguido en 1993 produjo decenas de sentencias firmes (que pasaron filtros de diversos tribunales de casación) en las que se ponía de manifiesto que se habían consensuado muchas ilegalidades.
Ahora, después de que tirios y troyanos, políticos de toda laya, agentes sociales traídos por los pelos, dirigentes vecinales que se aprovechan de sus vecinos y asociaciones varias pusieran el grito en el cielo urgiendo la aprobación del PXOM de Vigo antes de fin de este año, algunos de ellos, tan "relevantes" como APROIN y la presidenta de una de las federaciones de AA.VV., se salen por el registro de que no tragan y van a recurrir el plan,
si se aprueba con ese señuelo del 40%.Así que, comisionado por el comité de Inverosímiles de la célula clandestina de Suburbanismo de

VIGOBLOG, pretendo esbozar una MEGA teoría de cómo se gesta un enmierde como el que ahora tenemos.
Para mi que este advenimiento de la Vivienda Protegida resulta ser el mejor cable que la Administración puede echarle a un sector que está viendo cómo
no hay manera de vender un piso. Es más, probablemente, los únicos pisos que ahora mismo podrían competir en el mercado de la vivienda serían los de Protección Oficial, tal y como se han ido poniendo las hipotecas y los abusivos precios del metro cuadrado construido.
¿Como se puede entender que
una dirigente vecinal se oponga a que se construya y venda más barato? La respuesta es simple: defiende unos intereses especulativos particulares de algunos que esperaban ver multiplicado su patrimonio con el aumento de valor de sus terrenos, en contra del interés general, que no es otro que el de que puedan construirse viviendas económicamente accesibles.
¿Y los promotores? Para mi, que éstos están pillados en centenares de operaciones de compraventa de terrenos sujetas a la aprobación del planeamiento. ¿Cuántos propietarios han suscrito documentos de compraventa en los que hay unas cláusulas suspensivas que echan todo por tierra si no se aprueba el Plan? Esos propietarios han cedido su propiedad a empresas promotoras que pueden decidir sobre el resultado final, protegidas por condiciones contractuales que surtirían efectos en caso de que, en los plazos estipulados en el documento de compraventa, no se diesen las circunstancias previstas. De ese modo, e incumpliendo algunas de esas cláusulas, el comprador del terreno podría exigir la devolución de las cantidades anticipadas al vendedor y devolver a éste la titularidad de la parcela objeto de la compraventa.
¿Qué pasaría entonces? Pues que el promotor-comprador no se vería obligado a pagar el precio total de la parcela estipulado, en un momento en el que seguir construyendo parece una temeridad, porque hace meses que no se vende un piso. Pero el frustrado vendedor (¿hay alguien que no conozca un caso de éstos?) se encontraría unos años después con el marrón de tener que devolver al comprador de su parcela las cantidades que éste le había entregado, y recuperaría una propiedad probablemente devaluada.
Es decir, que los promotores asociados necesitan recuperar "líquido", ahora que saben que ya no está tan claro que puedan sustanciar sus pretendidos "pelotazos", además de zafarse de la obligación de pagar cientos o miles de millones de euros si, con la aprobación definitiva del PXOM, tienen que sujetarse al pago de las cantidades dependientes de ese acto administrativo. No es buen momento para el asunto, así que mejor será esperar a que lo que algunos augures dicen sobre la probable recuperación del negocio inmobiliario acabe por ser cierto. Donde antes tenían prisa, ahora necesitan tiempo.
Y, como todas las marañas son, antes o después, desenmarañables, podemos ir atando algunos cabos, siguiendo, como decía el "Garganta Profunda" del caso Wattergate, "el rastro del dinero". Ya se ha dicho algo, muy benévolo, eso sí, del dueño de NUARIA, el "conocido" abogado de Vigo Manuel
NÚñez
ARIAs, detenido por su presunta relación con cohechos y tráfico de influencias en la MEGA urbanización de lujo que se pretendía llevar a cabo en unas huertas de Totana (Murcia). La madeja se está deshaciendo y, de seguir las autoridades tirando del hilo, el ovillo primigenio es muy posible que salga a la luz.
Debo decir, también que lo de poner ese MEGA (con mayúsculas) no es una casualidad, porque, busca buscando, me he encontrado con que Manuel Núñez Arias y
Mapi Egea fueron durante un tiempo socios en la flamante agencia de publicidad y "comunicación" que lleva por título el bonito y esclarecedor nombre de MEGA (
Mapi
E Ge
A). Y ambos pasaron de la nada social y económica al paraíso de los que "manejan guita", tienen sonoras propiedades y se codean con quienes deciden.
Finalmente, la ineludible pregunta sobre cómo se ha llegado hasta aquí, provoca la no menos ineludible respuesta de que todo se ha basado en la codicia. La codicia de quienes se vieron tocados por la fortuna de que su leira, o su casita, o su viejo piso, pasaban a valer un montón de millones más.
Pero ahora, unos y otros, promotores, constructores, pequeños propietarios, vendedores de sus parcelitas, políticos, "proveedores de oportunidades" (antes, conseguidores), etc. se encuentran pilladísimos ante el anuncio del sunami que se avecina.
Si la cosa sigue adelante por los derroteros que el sentido común, la legalidad vigente y cualquier política honesta debieran transitar, no nos va a llegar el dinero para pagar el alojamiento en instituciones penitenciarias de la cantidad de gente que se habrá hecho merecedora de una temporada de reclusión.
Claro está que, como tampoco parece que haya sitio para todos (Alaurín de la Torre sufre ya
overbooking), la construcción tendrá que refugiarse en las nuevas oportunidades que se abrirán por la necesidad de construir más centros penitenciarios.
¡¡¡Uf!!! ¡¡¡Glup!!!