Estimada (por poner algo) sra. Díez:
La presente es para transmitirle mi admiración por su entereza, su fino discernimiento intelectual y su no menos aguda percepción de la realidad. Reconozco que por este corner noroccidental la ha liado parda usted, del mismo modo que acepto el hecho de que ha sido malinterpretada.
Sé muy bien que cuando dijo que Zapatero se merecía el calificativo de gallego "en el sentido más peyorativo", no quería decir que el presidente sea un tonto, un guarro o un tartamudo; ya sé que no, que lo que quería decir es que "no puede saberse si baja o sube". Sin embargo, creo que debería comprender que, cuando se ha preocupado de establecer que gallego tiene varias connotaciones peyorativas y de entre ellas le ha adjudicado "la más", lo de menos es lo que usted haya querido decir. Lo relevante de su "boutade" es que ha dejado con el culo al aire a su subconsciente, de modo parecido a cómo lo dejaron hace unos días nuestras paisanos Manuel Fernández de Sousa-Faro y Miguel Font Rosell, y lo primero que se le vino a la mente fue protegerse de posibles malas interpretaciones y se lanzó a la precisión de que la galleguidad de Zapatero disfruta de las peores consideraciones de entre las fatales que le sugiere la palabra "gallego".
Mirusté, señá Díez; que usted se sienta incómoda llevando en Euskadi unos honorables Díez y González en el apellido no le da derecho a pretender descalificar a alguien con un gentilicio que, en cualquier caso, no estaba en su capacidad escoger porque sus padres no hilaron tan fino como para impedir que fuera leonés. Lo que no me cuadra del todo es cómo encaja en la denominación de su partido, "Unión, progreso y democracia", lo de progreso y lo de unión, con salidas de pata de banco como la suya que no parece compadecerse muy bien con cualquiera de las actuales acepciones de progresar y unir. Naturalmente en el sentido menos peyorativo de ambos términos.
Creo que ha escogido usted una profesión que lo soporta todo. Aunque ya sé que los de Bilbo pueden nacer donde les dé la gana, la mayoría del personal no elige su lugar de nacimiento. También sé que, en su tierra, los maketos suelen ser gallegos que han emigrado a Baracaldo o Sestao para que algún señorito vasco con domicilio en El Neguri pudiese hacerse una vidilla, un astillero o un Alto Horno, con el sudor de aquellos maketos y, claro, a usted aún le dura en el subconsciente la idea de que no haber nacido en Santutxu hace inferiores a los demás que llegan de fuera.
Seguramente, señora Díez, usted ha sido malinterpretada, porque con su exabrupto no pretendía más que alabar la que usted considera errática política de Zapatero, ¿no? Pero, habida cuenta de sus diferencias políticas, no cuela con falicidad eso de que no pretendía menospreciar al presidente; ni a Mariano Rajoy, porque éste no sólo parece "gallego" sino que ya lo es. Teniendo en cuenta su bonhomía (¿cómo se dice si se trata de una mujer?), podríamos esperar que comprenda las insuficiencias de los que no hemos tenido más remedio que ser gallegos porque nuestros abuelos no tuvieron el buen sentido de emigrar hacia lugares con gentes más presentables.
Pero ni con esas: por si no tuviese ya una extremidad inferior metida hasta el corvejón, va, entierra la otra en el mismo fango, y se sale por el registro de que ofenderse por eso es una evidencia de "intolerancia, complejo de inferioridad o perturbación nacionalista". ¡Señoooora!
Le confieso, sra. Díez, que pensaba decirle estas cosas en la página web que mantiene abierta, pero he decidido no hacerlo para que no la cague más con alguna de sus ocurrentes respuestas. Así que voy a contentarme con echarle esta reprimenda, en el sentido menos peyorativo del término, y desearle mucha suerte (va a necesitarla) con este electorado gallego cuyos votos, a pesar de todo, sí saben muy bien si suben o bajan.
Y, last but not least, he aquí otra prueba de que su subconsciente milita en otro partido que no es el que dice que es suyo. Gabilondo le propone unos titulares para cuatro fotos de actualidad: El 23-F, la campaña anti tabaco francesa, que se pagara un millón de dólares por el primer cómic de Supermán, y la Pasarela Cibeles.
¿Se ha fijado, señá Díez, en lo que le salió?:
"Menos mal que estuvimos a la altura" (¿como ahora?).
"No me gusta" (pues anda que usted a mí...).
"Tampoco hay que pasarse" (eso le digo yo).
"Un buen escaparate de la España moderna" (¿UPyD?, no joda).

Marcos Andión
(en el sentido menos peyorativo del término, claro).