



(Sé que se puede mejorar este titular, pero la tristeza me resta ánimos). O: «por el interés te quiero Andrés»
Un grupito de amigos y amigas —dado el buen otoño que se nos presenta— nos hemos desplazado a pasar este
finde a la ría de Aldán. Ayer noche cenamos unos pescaditos estupendos regados (sin pasarnos) con un sabroso vino blanco de la zona del Morrazo. Me fui a dormir, sintiéndome en la gloria. Esta mañana he madrugado y sin hacer ruido salí del hotelito que nos acoge, decidida a darme una
enchenta. No es una decisión elegante, eso de enchenta; pero aún así... como nadie me va a ver... hecho. Me presento en el quiosco y me pido: El País, El Mundo, el ABC, el Faro de Vigo y La Voz de Galicia. Con tan suculento
alimento busco una terracita frente al mar, pido un café con leche y una tostada con aceite y me dispongo a lo de la
enchenta. ¡Madre mía! Tal como lo estáis temiendo, busco con diligencia las noticias sobre NCG Banco. En poco más de una hora me leo en esos diarios el qué en ellos se nos informa sobre tan candente asunto. ¡Pelotas fuera! todos, menos El País, echan balones fuera. El escándalo me deja perpleja y tengo que pedir otro café con leche (el primero se me ha enfriado). El Estado (FROB), ajusta el
valor en libros de NCG en
menos un 93%. Es decir, para salvar a nuestra entidad financiera (lo de nuestra, ciertamente, es un sarcasmo), todos los españoles y españolas le damos a NCG Banco ¡¡¡2.460!!! millones de euros para que, donde Julio Fernández Gayoso dice, en los papeles, que hay, haya de verdad en las arcas. Salvo El País, todos los demás periódicos citados ¡ni nombran! al responsable de esta milagrosa desaparición. No sin ironía, me pregunto por aquellos que reclamaban la "deuda histórica" que
Madrí debía abonar a Galicia, ¿qué dicen ahora? Parece ser que la vaca pace en Madrid y se ordeña en Galicia ¿no es así, realmente? El sr. Fernández Gayoso tiene y debe de explicar el cómo manejó los dineros de Caixanova y NCG; bajo su longevo mandato (¡desde 1965! sí, están leyendo ustedes correctamente ¡desde 1965!) este buque herrumbroso, ahora, es valorado por el Banco de España en
menos un 93% de lo que dicen los libros supervisados por el sr. Gayoso. Novacaixagalicia está en coma. Julio Fernández Gayoso tiene la obligación legal de explicar ante el Parlamento (muy posiblemente, también ante el Juez) su pésima gestión; no puede marcharse de rositas. Y la prensa gallega ¿enamorada de estas dos caixas ahora fusionadas? Sería bonito saber cuánto han facturado a estas dos caixas, en concepto de publicidad, las cabeceras de Faro de Vigo y La Voz de Galicia en los (pongamos un límite) últimos diez años. Los dos grandes periódicos gallegos ¡tratando de desenfocar nuestra mirada! Sencillamente: patéticos. Patético El Faro de Vigo, y patético La Voz de Galicia.
Además del presidente de La Xunta de Galicia, claro que sí, quien más explicaciones debe a la ciudadanía es Julio Fernández Gayoso. Don Julio, por favor, cuéntenos en qué y cómo ha colocado los dineros que nosotros/as vamos metiendo en nuestras cartillas. La Caja de Ahorros Municipal y Monte de Piedad de Vigo, bajo su mandato... ya, ya lo estamos viendo: un dolorosísimo desastre. Retírese, y dedíquese a preparar, con detalladas explicaciones y documentos, sus gestiones al frente de esta entidad viguesa, ahora esquelética. Cuántos favores, entre otros sectores, y de manera inconfesable, le deben de deber El Faro de Vigo y La Voz de Galicia! Dios mío ¡qué escándalo! Escándalo financiero y escándalo periodístico: los periódicos gallegos enamorados de las gallegas caixas gallegas. Hay amores que matan; ya lo creo que sí. El uno que la culpa la tiene la Xunta, el otro que la tiene el de la moto. La responsabilidad máxima del estado de NCG la tiene o tienen sus dirigentes: señores Gayoso y Méndez, los más
famosos, entre ellos.
Madrí (los impuestos de los 47.000.000 de españl@s), otra vez, nos echa una mano: nos entregan, nada menos que 500.000.000.000 de pesetas. ¿Qué, qué estarán diciendo aquellos a los que se les llenaba la boca con lo de la
deuda histórica? Están, ahora, echando balones fuera (¿en la playa de Copacabana? A saber).
Pedimos libertad de mercados, y cuando el mercado/tiburón muerde, llorosos y asustados, pedimos auxilio al sector público. Ahora que se ha nacionalizado NCG Banco, deseamos (algun@s) que se quede en el sector público, y atienda con honestidad nuestras necesidades. La banca pública fue el motor del despegue de este país; pregúntenle, si no, al sector pesquero, entre otros.
La
enchenta que me he dado no se la contaré a mi grupito: lloraríamos el resto de este delicioso día. Les diré que fui a misa a Hío, para disfrutar de su bello cruceiro. ¡Qué cruz!, ¡qué
calvarios!