
Nos llevan lustros de ventaja. Pero también nos sirven de referencia para ir barruntando lo que se nos avecina. Un sendor de los EE.UU., de Nebraska, para más señas, probablemente harto de estrellarse contra los muros de la política en su país, ha decidido dejarse de intermediarios, de testaferros y de medianías y l
e ha puesto una demanda judicial a Dios.
La idea no es mala, que bastantes desgracias tenemos que parecen no ser responsabilidad de nadie de por aquí. Pues a lo mejor es porque Dios lo ha querido. Y, oiga, eso de meternos terremotos, sunamis, guerras limpias (¿?) y sucias, huracanes y plagas de langostas, con los clásicos agravantes de premeditación, alevosía y abuso de autoridad tiene delito, habrá pensado el senador yanky.
Pues no seré yo quien le diga que no está en sus cabales. Porque parece que el representante de la voluntad popular tiene muy claro que, como causa última, o primera (que para eso es Alfa y Omega) grandes delitos resultan de la obra de Dios.
El senador, cuyo nombre no importa, lleva en el cargo desde 1970, lo que me hace suponer que antes de llegar hasta aquí se habrá estrellado contra "muros contenciosos", contra "inmunidades providenciales" y contra decisiones que más parecen surgir de la mente del Diablo que de probos seres humanos.
Pues va a ser cosa de tomarle el ejemplo y demandar al Papa, que dice ser el representante del Todopoderoso en la Tierra, al arzobispo de Canterbury, a los Primados de las iglesias ortodoxas, a los imanes y ayatolas que dicen interpretar o representar a Alá (que es como se dice en árabe Dios), porque la petición de
comparecencia del demandado en los EE.UU. parece difícil de conseguir. Por una parte, porque, aunque dicen que está en todas partes, lo cierto es que no hay manera de dar con él, por mucho que el buen senador lo haya convocado reiteradamente con invocaciones del tipo ¡Manifiéstate! ¡Manifiéstate! Pero, ni flores. Por lo visto, según se recoge en la demanda, el demandado es conocido por "varios alias, títulos, nombres y designaciones", y, claro, se escaquea.
Y, como dice en su demanda, el senador considera que quienes, pública y notoriamente, dicen ser sus representes (del nombre que sea, con el alias que sea, con el título que sea, o como sea) sean los que comparezcan, que éstos sí tienen domicilio conocido y se les puede hacer llegar la citación.
El caso es que este hallazgo se me antoja a mí como un recurso a la desesperada. Ante los entramados jurídico-administrativo-políticos de "Finca do Conde", PXOM de Vigo o "Cidade da Cultura" queria ver yo al Senado de los EE.UU. al completo.
Aquí, como parece pasar en USA, ni Dios se responsabiliza de nada. Que se dan licencias ilegales y alguien se opone; pues es que no sabe nada de política. Que se decide ir a ver si nos cae algo en lo de pegar tiros en Irak y alguien protesta; pues es que no sabe lo malo que era Saddam Hussein; que los jueces encuentran ilegalidades en la obra de los hombres; pues debe ser cosa de Dios, porque nadie aparece como responsable personal de la "desfeita".
Lo único que me preocupa es que, tal y como se las gastan los yankis, igual consiguen condenar a Dios. Y no quiero ver yo como se va a poner, que me sé que cuando la peña se divertía mazo en Mesopotamia y pasaba ampliamente de él, les mandó una de fuego de azufre a Sodoma y Gomorra, que, además de dejar bien a las claras lo homófobo que es el demandado, se los cargó a todos menos a Lot y familia (lo de la estatua de sal de la mujer puede que sea una leyenda urbana, pero acojona, ¿no?). Y ¿qué me decís de lo del Diluvio? Eso si que fue un puntazo, no esta carallada del "cambio climático" y el "calentamiento global", que son sólo temillas para mantener preocupada a la peña.
El caso es que yo estoy de acuerdo con la iniciativa del senador por Nabraska., quien despúes de 37 años de ejercicio de la política, algo sabrá de cómo es el tema, digo yo. El senador es lo que podríamos llamar un radical. Es decir, uno que va a la raíz de las cosas, cansadito que debe estar de tanto andarse por las ramas.

En fin, que dejemos a Corina y sus convenios con ING, sus trapicheos con Mapi y el coro celestial de agencias publicitarias que nos chupan la pasta; a Toba, Figueros & Co., con sus cubiletes para lo del "trilé" con la Consultora Galega del Pino y el César, y a Caballero con su pirola celta en la punta del puerto, y vayamos a la raíz del problema.
Y, aquí se me viene a la mente un viejo chiste que se contaba hace años en Portugal:
Resulta que el Consejo de Ministro que presidía Marcelo Caetano trataba de abordar la solución de una tremenda crisis económica. Casi desesperados los ministros, uno de los miembros del gabinete esboza una genial idea:
--Declaramos la guera a los EE.UU.; nos invaden, nos ganan y luego nos tienen que ayudar para que nos pongamos como Alemania con lo del Plan Marshall...Un instante antes de que el Gobierno portugués, encantado con la idea, decretase la declaración de guerra, alguien pidió la palabra, para una cuestión de fondo:
-
-¿Y si les ganamos?Ni que decir tiene que no hubo declaración de guerra ni farrapos de gaitas: por lo visto entendieron que el riesgo era muy elevado.
Al hilo de estas reflexiones se me ocurrió pensar que lo de la demanda a Dios tampoco tiene mucho futuro, porque ya una vez lo condenó a muerte un tal Pilatos (¿o fue Herodes?), y les resucitó, con el resultado de todos conocido. Claro que por entonces no había ni silla eléctrica, ni cámara de gas, ni inyección letal, formas mucho más humanitarias y, en la mayoría de los casos, más efectivas que la vieja crucifixión.
En fin, que sólo me queda solidarizarme y compadecer al buen senador por Nebraska en su desesperación. Aunque tendría que recordarle que ya Dios dijo que su reino no era de este mundo y que nos fuéramos apañando con lo que hay. O sea, que se ha procurado una inmunidad derivada de la falta de competencia de los tribunales de justicia terrenales para procesarle.
Iba a decirle eso de ¡que Dios se lo pague!, pero la verdad es que me ha dado no sé qué... Realmente, me parece mucho más adecuado un ¡Vaya usted con Dios, hombre!