IX ÉPOCA

9.12.08

Deslocalización, tienes nombre de...

Deslocalización, Deslocalización, tienes nombre de mujer. Pero de mujer fatal, porque tu existencia siempre deja algo de tristeza detrás, algo de deseo evanescente, algo de tiempo perdido, algo de frustración e impotencia.
Es comprensible que nadie quisiera ponerle nombre a esta dama perversa que, procedente de la esperanza, acecha impertérrita a que las ilusiones cristalicen para dar con ellas en tierra.
Se tarda en aceptar que el deseo acaba en ausencia, pero los mecanismos de defensa incrustados en el cuerpo terminan por aplicar el emplasto que nos permitirá seguir alentando y, casi siempre más tarde que temprano, se acaba por aceptar que somos víctimas de una emoción pasajera.
De momento, en los últimos seis meses, cuatro multinacionales con empresas en Vigo se han dejado seducir ya por la fatal Deslocalización, mientras la perversa dama continúa rompiendo corazones por toda la geografía.
Decir a estas alturas que de ese agua no beberemos es un absurdo brindis al sol, porque durante muchos años hemos vivido encandilados por los encantos de sirena de una industria que, mientras nos dice que nos ama, nos va poniendo unos monumentales cuernos con devaneos en África, Asia, Europa Oriental o América del Sur, donde los amantes se dejan querer más de lo que nosotros, instalados en la seguridad del compromiso, estábamos aparentando. Los otros amantes, más o menos clandestinos, han estado ahí mientras el perverso objeto de nuestro deseo seguía insistiendo en que su amor por nosotros sería para siempre; que nunca nos dejaría y que la unión que ha cumplido 50 años ya había alcanzado la fuerza que da el tiempo transcurrido.
Pero, después de los 50, ¿quién puede competir con otros amantes más jóvenes, con menos exigencias, más dispuestos a ofrecer complacencias sin cuento? De nada vale esgrimir la experiencia, el camino recorrido juntos, los recuerdos de días más felices y las promesas que vuelven a incumplirse. Entonces es cuando, a la desesperada, le prometemos a nuestra amada cualquier cosa que nos permita suponer que podremos mantenerla atada un poco más.
Pero es ley de vida que la amante que ha descubierto nuevos placeres vaya alejándose, no sin antes aprovechar todos los dislates que seremos capaces de imaginar en el vano intento de prolongar una relación condenada al fracaso.
Son cosas que todos conocemos pero que, como en otros ámbitos de la vida, suponemos que no nos afectarán a nosotros. Se deslocalizan amantes tan fieles como General Motors, Nissan o Ford, mientras que Renault, en un rapto de sinceridad amatoria, confiesa que nos convendría ir amueblando otro nidito de amor más al sur si queremos seguir haciendo manitas, y ha llegado a provocar delirios amatorios en la mismísima Junta de Castilla y León, lanzada ya a hacer de necesidad virtud viendo oportunidades donde otros se empeñan en ver ausencias.
Es lo que pasa cuando se enfría el amor, que te quedas compuesto/a y sin novia/o.

1 comentario:

Anónimo dixo...

consensus generalis.