IX ÉPOCA

6.10.12

Sepulcros blanqueados

"No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar". Pero ellos sí que quieren que sigamos, compungidos, cantando al Jesús clavado en el madero, porque nos consideran esenciales para que, como siempre, sigamos pobres para que ellos sean más ricos.

Esta saeta machadiana, que cantó un catalán catalanista que también cantaba en castellano para mejor ser comprendido por la incultura mesetaria, es un alegato contra la miseria reconvertida en religión del sufrimiento (siempre habrá ricos y pobres), para que nos resulte fácil aceptar todos los desafueros de los fariseos, que oran en el Templo y alardean de su "buena fortuna" mientras "se compadecen" del pobre publicano, reducido ideológicamente a su triste condición de "mísero pecador". ¿Pues no le promete El Señor al pobre publicano la bienaventuranza en la otra vida, para que acepte lo que le echen en ésta?

O sea que ya sabéis: agradeced a quienes os quitan la casa, el trabajo, el dinero y cualquier atisbo de dignidad, porque ellos están haciendo el sacrificio de ir de malos por la vida ésta camino del Infierno ("antes pasará un camello por el ojo de la aguja que un rico entre en el Cielo", dicen que dijo el Jesús del madero) para que El Señor pueda recompensarnos en la otra vida colocándonos a la derecha del Padre.

¿Por qué será, entonces, que la mayoría de quienes van a ir al infierno por no observar las advertencias del Jesús que anduvo en la mar, sigan preocupados de asistir a la misa dominical (cuando no la diaria)? Conocí a un eminente torturador local de misa y comunión diarias, padre de numerosa familia y modelo de cristiano devoto. ¿De verdad creen en lo que dicen que creen y que nosotros les creemos? ¡Anda ya!, para lo que les importa.

¡Sepulcros blanqueados!

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