malas prácticas

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, rehabilitando judicialmente el buen nombre y la profesionalidad del doctor Luis Montés y otros 15 médicos del Servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Madrid, viene a poner en evidencia lo que muchos ya sabíamos: sufrimos unacontraofensiva de la derecha más meapilas contra el "laicismo" de Zapatero, en nombre de Dios y un concepto únicamente religioso de la vida.

La respuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, confirma nuestros peores temores sobre la crueldad intelectual de esa derecha ultramontana, deísta, retrógrada y deshumanizada. Esa referencia, para justificarse, de que había sido puesta "en tela de juicio, y nunca mejor dicho" la práctica ortodoxa de un grupo de médicos, es de una bajeza espiritual digna de cualquier objeto inanimado.

El asunto no es una anécdota. Violando cualquier atisbo de presunción de inocencia, el altavoz mediático de todo el universo meapilas se lanzó a la caza del "Doctor Muerte" acusándolo de haber matado a 400 personas. Siguiendo esos impulsos, la Espe (que ya le vale el nombre de virtud teologal que la está marcando) los puso a todos en la calle y, cuando el caso fue inicialmente archivado, celebró que el auto del juzgado de primera instancia de Madrid señalase que se había "practicado mal la medicina", como lamentando que no se apreciaran responsabilidades penales en los doctores acusados.

Si, ya sé que esto no encaja aquí a la perfección, pero es que episodios como éste acaban por afectarnos a todos, y las elecciones están a la vuelta de la esquina.

¿Alguien se ha preguntado cuántos enfermos terminales habrán sufrido una larga y dolorosa agonía, porque la simple denuncia anónima que originó el caso acabó con el trabajo del equipo acusado y sustituyó su lenitiva y ortodoxa práctica por otra más cruel y absolutamente ineficaz, pero más acorde con la ideología de los acusadores?

Creo que debemos estar todos alerta sobre esa contraofensiva de la que les hablaba, porque el sometimiento político y social al Dios verdadero no es algo que sólo esté ocurriendo en el ámbito del Islam. En el mundo occidental, la separación entre Iglesia (la que sea) y Estado está siendo reducida a su mera formulación legal, porque en la práctica Bush dice que no abre la boca para nada sin consultarlo antes con la Biblia, la Iglesia Anglicana, de la que es jefa la reina Elisabeth II, preside las sesiones de la Cámara Alta británica, y neocóns, Legionarios de Cristo, neocatecumenales ("Kikos"), focolares y otros iluminados, toman posiciones en la trinchera en España, unidos todos por el mismo y medieval grito de ¡Dios lo quiere!, o ¡Inch Alah!, que viene a ser lo mismo.

Y, mientras se refocilan en estas "malas prácticas" sociales y políticas, seguirán ignorando que el Jesucristo en el que algunos dicen creer ya les advirtió: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".

A ver si estamos a lo que estamos, que ya somos mayorcitos, ¿no?