Olvidemos el llanto y empecemos de nuevo, con paciencia, observando a las cosas hasta hallar la menuda diferencia que las separa de su entidad de ayer y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído fruto, por el fracaso de ese deseo hondo, compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho. Después de haber hablado, de haber vertido lágrimas, silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo. Habrá palabras nuevas para la nueva historia y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde. ANGEL GONZÁLEZ
Por favor asina cun nome de usuario (se estás rexistrado en google ou blogger) ou cun "nombre" (que xa sabes que pode ser un alcume. Evita no posible usar anónimo. Así debatiremos mellor. Grazas.
Olvidemos
ResponderEliminarel llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde. ANGEL GONZÁLEZ