Nos desorientan

Si fuese la directora de una empresa es de suponer que el accionariado estaría muy preocupado en el caso de que la vicedirección dijese públicamente de mí que estaba, cuando tomase yo una decisión empresarial, en un "error". Resultaría evidente que algo en esta empresa marcharía mal. No puedo imaginarme, por ejemplo, que en Caixanova o en Astilleros Vulcano, el vicedirector/a pueda sin más ni más, decir públicamente que una decisión de la dirección es "un error"; ¿pueden ustedes imaginárselo? Es de suponer que el equipo de dirección de una empresa tiene objetivos comunes, y que las estrategias para alcanzarlos las diseñan "dentro" de la empresa, no trancendiendo las lógicas discrepancias de criterios; una vez discutidas "dentro" las distintas valoraciones, se toman decisiones y sólo trasciende la unanimidad. Así funciona una empresa responsable.
El ayuntamiento no deja de ser una empresa ¡con cientos de empleados!, y en el caso de Vigo con cerca de 300.000 personas dependiendo de su gestión. ¿Por qué entonces el teniente de alcalde, sr. Domínguez, dice públicamente que tal o cual decisión del alcalde —su superior y jefe, evidentemente— es "un error"? Sí así lo ve el sr. Domínguez ¿no debería dimitir de teniente alcalde? La gestión de aquello que afecta a un gran número de personas no puede ni debe ser bicéfala.
El descrédito de la clase política es algo que hay que reparar, y los primeros que tienen la obligación de hacerlo son precisamente esa misma "clase política". De no hacerlo llegaremos, en las elecciones, a votar, como recientemente ocurrió en Marruecos, del orden del 20% de los censados. Si el 80% del electorado 'pasa' ¿qué puede ocurrir?
Eso de la Universiada para el 2015 —"largo me lo fiáis amigo Sancho!"— no deja de ser una tontería. ¿Es que no tiene nuestro municipio asuntos más cercanos y urgentes en que ocuparse?
Un poquito de unanimidad frente a sus electores no les vendría mal ni a ellos ni a la ciudadanía que de sus actos tanto dependemos.
Sus discrepancias públicas, sres. Caballero y Domínguez, nos desorientan, y también nos aburren.

Dado el espectacular crecimiento del número de ciudades en el mundo —en China, en lo que va de siglo, han surgido decenas de ciudades de más de un millón de habitantes—, y del número de habitantes de las ya existentes, son numerosos los foros mundiales de debate en los que se estudia y analiza el tema "qué ciudad construir". Y la prensa local no informa de si alguno de nuestros munícipes acude y está atento a esas ideas que de tales foros emanan, ¿o tal vez será que no se interesan por esta tan candente cuestión?
De verdad, sres. Domínguez y Caballero, nos aburren y desorientan.