IX ÉPOCA

23.4.13

día del libro

y seguimos

16.4.13

60 % más, y creciendo. Sres. alcaldes...

Señores alcaldes de A Coruña y Vigo: cierren estos dos puñeteros aeropuertos que tanto dinero nos están comiendo; hagamos un esfuerzo por rentabilizar Lavacolla. Se lo pide una viguesa.

Los insultos (los que vinieren, que vendrán) a modo de notables razonamientos, me los paso por la bastilla...

Nosotros ya lo llevamos diciendo hace años; hoy el Faro de Vigo lo cuenta a todo trapo: a mes de marzo el aeropuerto Saa Carneiro de Oporto tiene un 60 % de pasajeros más que los tres aeropuertos juntos gallegos. Por algo será.

Sensatez económica sres. alcaldes, sensatez.


Por la boca muere el pez

No recuerdo ya desde cuando me pregunto en qué, realmente, piensan esos que algunos consideran nuestros próceres. Creo que, en realidad, piensan en que ellos son más listos, más altos y más guapos que los demás; que les debemos pleitesía, y tenemos que pagarles las francachelas, sean sociales o económicas, además de los puertos deportivos en la COStA NUESTRA. Veamos dos o tres ejemplos:

Don Giulio Fernández parece que tenía claro, hace un año, que él era una víctima, no el responsable de la desfeita en aquella Caja en la que no mandaba nada porque todo lo decidía el consejo de administración, mientras le parecía que "no conduce a nada hablar del pasado". En aquella fecha, también aseguraba que no había cobrado ni un euro, ni por indemnización ni por jubilación. Tan sólo unos meses antes se había sabido que su retirada forzada (que, si no, seguiría en el machito "sin mandar nada") le permitió blindarse el riñón con 600.000 euracos de nada un año sí y otro también, en concepto de jubilación.

Luego vendría lo de retirarle la medalla de oro de la ciudad, su exilio del oropel social que siempre persiguió con menos éxito real que aparente y con la guitarra "del rincón en el ángulo oscuro / de su dueño quizás olvidada". Veremos en qué se queda todo.

Y, como la cosa va de "donde dije digo, digo Diego", otro gran prohombre local que se quedó con un cacho de costa nuestra para hacerse "un corrá", se apresuró recientemente a asegurar que los más de 31 millones de euros obtenidos con la venta de casi 2 millones de sus títulos de Pescanova, sólo unos días antes de que las acciones se fueran al garete cuando anunció el preconcurso de acreedores, sirvieron para aligerar la pesada carga del déficit multimillonario de su empresa. Según manifestó "preocupado por la situación de tesorería del grupo y las dificultades que Pescanova tenía para financiarse, decidió poner su patrimonio a disposición de la compañía para resolver problemas urgentes de liquidez". Ya, hombre, ya.

O sea que otro Don Fernández, en este caso Manuel Fernández de Sousa-Farouno de esos "que saben", nos viene con milongas exculpatorias mientras los aparatos de Justicia andan rebuscándole en sus entretelas, habida cuenta de que es posible que incurriese en un "abuso de mercado" (¡Diooos!, ¿se puede abusar del mercado mientras éste abusa de todos los demás?) Debe ser porque el que sabe, sabe, ¿no?

Y el otro avispado de la cosa, el Don Alfonso Paz Andrade (ahora exconsejero de Caixagalicia y de la mismísima Pescanova), resulta que muy poco antes de que todo el tinglado se escurriese, va y convierte lo que ya sabía (él sí) que iba a valer nada en una pastizara para su propio bolsillo. La operación, que le proporcionó algo más de 2 millones de euros cuando él ya sabía que las acciones a la venta pasarían a valer nada en breve, ya le pareció "mosqueante" a Carlos Ladero, analista de Wallood Spain pocos días antes de que se anunciara el preconcurso de acreedores.

Y el "padroneDon Alberto, sereno, tranquilo y seguro de que todo acabará por "parecer un accidente" y que no es nada personal, "sólo son negocios", ¿verdad?.

En este país de pícaros, Rinconete y Cortadillo, Guzmán de Alfarache y el mismísimo Lázaro de Tormes resultan unos simples aprendices, no tanto por sus habilidades, que resultan comparables, sino porque en aquellos tiempos de la decadencia del Imperio Donde No Se Ponía el Sol, no había forma de engañar a tantos pardillos como hoy en día.

En algún sitio leí un titular que lo resume todo: "Algo huele mal en Pescanova, y no es el pescado". Como todo el mundo sabe, por la boca muere el pez.

Ya sé que no están todos los que son, pero creo que son todos los que están.

¡Menudos peixes!

14.4.13

Pero ¡señooooora!



Perdone usted, señora De Cospedal, o de lo que sea:

Salvo error u omisión, usted ha proferido algunas flagrantes incongruencias oratorias recogidas por las agencias de información. Verbi gratia:

La secretaria general ha asegurado que el PP quiere "hablar de lo que habla la sociedad", en este caso, la política y la corrupción. Citando a Margaret Thatcher ha asegurado que el objetivo de un partido político es llevar "armonía donde hay disturbios, la verdad donde hay errores, fe donde hay dudas y esperanza donde hay desesperación.

Grandioso, señora mía (es un decir): de lo que habla la sociedad es de que su partido está llevando "disturbios donde hay armonía, mentiras flagrantes donde hay sospechas fundadas, dudas donde ya no queda ni fe y auténtica desesperación donde podría haber esperanza". Lo que supone que, o bien usted no lee los periódicos ni ve la tele, o bien anda usted con una berza monumental, o, lo que es más probable, anda algo sobrada de morro y escasa de memoria.

En su favor, señora, diré que no es la inconveniencia oratoria más rutilante que conozco, pero no le ganan muchas más, entre ellas las debidas a usted misma cuando trató de "explicarnos" aquello de la "simulación del despido" de "Luis el cabrón", con su secuela de "indemnización diferida", sin darse cuenta de que realizaba una autoinculpación divertidísima. Y, por si quedara alguna duda de su falaz "explicación", nos dice ahora que el Bárcenas lleva tres años despedido. ¿Ya le han instruido para que se lo cuente al juez en la vista de la demanda por despido instada por el que ustedes conocían como Luis el cabrón? No es por nada, pero mucho me temo que lo lleva usted muy crudo, con eso del "despido simulado" y la "indemnización diferida", con sus secuelas de abono de la Seguridad Social y la ausencia de carta de despido o conformidad con la indemnización. ¡Señooooora!, que no sé usted, pero no todos los demás somos tan tontos.

"No se trata de que los que trabajan paguen más, sino de que trabajen más para que paguen menos", dicen que dijo usted al responder a la iniciativa socialista de una Reforma Fiscal. El caso es que esa obviedad está siendo violentada, con su complicidad, porque el paro sigue creciendo y, tal y como van las cosas, no veo yo cómo puede usted defender su lapidaria frase, ni con qué cuenta para hacerlo su partido. Habrá que decir que el suyo es el partido que más ha conculcado sus promesas y programa electorales en todo lo que llevamos de "símil democracia", porque, según dijo el mismísimo Rajoy (su jefe), no puede porque no le dejan los de la "troika" esa.

Y, no contenta con tanto desatino, se ha creído que una buena táctica era la goebeliana de acusar al acusador de lo que te acusa y llamar nazis a quienes pretenden "violentar el voto".  Pero, señooooora, si eso es la esencia misma de las campañas electorales, que se llevan a cabo a base de violentar las mentes con cualquier tipo de argucia para condicionar el voto de los electores.

En fin, señora, como ha dicho Julio Anguita, lo que pasa es que usted "no sabe explicar la basura de su partido". Lo cierto es que tampoco hay mucho más que decir. Excepto que parece usted celosa de que no le hagan escraches a diario y anda como loca para que se los hagan, ¿no?

Pues no será.

¿Lo veremos?



9.4.13

Que se joda la troika



"O povo e quem mais ordena" no es sólo una bonita frase; es nuestro principal mandato constitucional (la soberanía reside en el pueblo). Con ese y los demás versos de "Grândola vila morena" se dio paso, en aquel abril que hizo florecer claveles en las bocachas de los fusiles, al final de la dictadura salazarista que en el Portugal de 1974 representaba el gobierno de Marcelo Caetano.

Y el pueblo, en Portugal, ha vuelto a desenfundar el recuerdo de que es su voluntad la que hay que atender, no el interés de los tiburones de Bruselas o las Islas Caimán. Un interesante dilema para los que dicen representarnos: o se someten a la voluntad popular (no sólo la expresada en las urnas) o, buscándose la justificación que quieran, violan la Constitución que tanto esgrimen cuando creen que los protege a ellos. En democracia, toda la protección es para la ciudadanía.

Y parece que en Portugal sigue siendo Abril, siguen floreciendo los claveles que se esgrimen contra la oligarquía que ha declarado la guerra al pueblo, y se le organiza un escrache primaveral a la maldita troika.

Sigo pensando en que habría que hacer de "Grândola" el símbolo de las protestas, con escrache hard o light, por toda Europa, mientras el Fiscal General del Estado se afana por proteger a quienes son señalados por los ciudadanos, primando el interés particular sobre el general. ¿Y quien nos defiende a nosotros del permanente escrache que nos hacen bancos, fiscalía y Gobierno, pretendiendo que prevalezca el "derecho" al beneficio financiero sobre el Derecho Constitucional a una vivienda digna? Porque los bancos, la Fiscalía y el Gobierno sí saben dónde vivimos, y lo usan.

Grândola, una canción de amor revolucionaria, no habla de violentar a nadie, de matar ni de vengar nada: habla de amor cuando recuerda que "à sombra duma acinheira, que ja nao sabia a idade, jurei ter por companheira, Grândola, a tua vontade", la voluntad del pueblo, que no sólo se expresa en las urnas, señor Ruiz Gallardón.

Escracha, que algo queda.

Y "que se lixe a troika".

1.4.13

Un toque de clase

Para ser presidente dun goberno, os militantes do PP deben demostrar que poden ter relacións co "lado escuro" sen agachalo. Tanto da que lle paguen as festas de cumpleanos como os traxes; pouco lles importa cobrar en sobre como enchufar á parentes e amigos. Sen embargo, hai que recoñecer que non todos son quen de navegar cun narco como quen vai a misa. Isto é un toque de clase.


No barco de Baulo


 No barco de Dorado
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